Los principales protagonistas fueron los reyes Carlos VIII (r. 1483-1498), Luis XII (r. 1498-1515) y especialmente Francisco I (r. 1515-1547), que hizo llamar a numerosos artistas italianos y bajo cuyo reinado el estilo renacentista se convirtió en el estilo dominante en la corte francesa.
[5] El valle del Loira todavía conserva una densidad excepcional de castillos y casas señoriales que datan del Renacimiento o que fueron modificados de manera significativa en ese momento cuando la corte real se alojaba allí con regularidad.
Destacados arquitectos italianos estuvieron al frente de importantes proyectos en el país —Giovanni Giocondo (1496-1508), Domenico da Cortona (c. 1495-1549), Francesco Primaticcio (1532-1570), Giacomo Vignola (1541-1543) o Sebastiano Serlio (1541-1554)—, pero poco a poco los arquitectos franceses, inspirándose en las ideas nuevas, comenzaron a hacer suyo el nuevo estilo renacentista: fueron los más famosos del siglo XVI Philibert Delorme (1510-1570), Jacques Androuet du Cerceau (1510-1584) (conocido por sus notables grabados de edificios), Pierre Lescot (1515-1578) (que construyó la fachada interior suroeste de la Cour Carrée del Louvre parisino) y Jean Bullant (1515-1578).
El Renacimiento francés, en arquitectura, se considera habitualmente dividido en cuatro etapas: estilo Luis XII (ca.
Los grandes del reino se instalaron en la región, acondicionando fortalezas medievales o levantando nuevos edificios.
En esa ciudad descubrió los fastuosos jardines y el nuevo estilo arquitectónico del Renacimiento italiano, que juzgó muy superior al de su propio palacio medieval en Amboise.
Sin ninguna resistencia que se les opusiera, los franceses entraron en Florencia en noviembre y en Roma en diciembre.
El rey quedó fascinado por la nueva arquitectura italiana que admiró en Florencia y Nápoles, en particular.
Así, en 1495 los primeros veintidós artesanos italianos llegaron a Amboise «para construir y trabajar la moda de Italia».
[8] Solo algunas personalidades entre los eclesiásticos, los nobles o los financieros al servicio del rey, comenzaron realmente a interesarse en el arte italiano.
[10] Las formas arquitectónicas importadas fueron inmediatamente insertadas y sometidas al sistema de construcción gótico preexistente, lo que obligó a buscar nuevas soluciones, creando una síntesis.
[10] Los propios adornos, que habrían podido ser fácilmente copiados de los modelos italianos, sufrieron a su vez transformaciones para adaptarse al arte francés: los nuevos motivos se reinterpretaron con mucha más libertad por los escultores franceses que fueron dominando cada vez mejor el repertorio.
«Je me souviens bien, déclara-t-il un jour, d'avoir vu toutes les meilleures œuvres et faites par les meilleurs maîtres de l'Italie.» [Recuerdo bien, declaró un día, haber visto todas las mejores obras y hechos por los mejores maestros de Italia.]
Fue esa la razón invitase a artistas italianos a trabajar en Francia, con más o menos fortuna: el ya viejo Leonardo da Vinci, Andrea del Sarto y Girolamo Della Robbia aceptaron, pero Rafael, Tiziano o Miguel Ángel declinaron.
A Francisco le gustaba hablar con artistas, seguía de cerca los logros arquitectónicos en Milán o Roma, y examinaba con la mirada del experto los proyectos que mandaba para el reino.
Nunca, tal vez, la arquitectura francesa habrá mostrado más elegancia, ligereza y fantasía que durante este período artístico.
En cuanto al cuerpo central con los pabellones cuadrados de la nueva ala del palacio, se inspiró en el château de Bury, marcando, por su planta rectilínea y sus lucarnas con depurados frontones triangulares, la evolución clasicista que supondrá el Segundo Renacimiento.
[8] En Borgoña, el château d'Ancy-le-Franc (1538-1546) fue uno de los primeros proyectos que respondió a estos nuevos ideales.
[6] Con ese edificio comenzó en el solar francés lo que se llamó l'architecture modulaire [la arquitectura modular].
Esta alternancia entre huecos principales y huecos secundarios (aquí simulada, después representados por un nicho) encuadrados por pilastras representa uno de los primeros ejemplos en Francia de la travée ryhmique [tramo rítmico] tratada con total franqueza y rigor.
Basta comparar este edificio con un castillo del Primer Renacimiento, como Azay-le-Rideau, para ver las profundas diferencias entre las arquitecturas de las dos épocas.
La fachada delantera del ala norte, reanudada por Jean Bullant, presenta una superposición nueva de órdenes regulares, rematada por una cornisa clásica inspirada en la antigüedad.
[6] Convertida en típica del Segundo Renacimiento, la planta cuadrangular presenta un logis situado frente a la entrada.
Este motivo, inspirado por elementos que se encuentran con frecuencia en los mosaicos romanos, ya muestra la voluntad de superar el modelo italiano al referirse directamente a los logros antiguos, que servirán de apoyo para crear una arquitectura original a la francesa.
Esta invención es parte de un gusto general por el ornamento, que también se manifiesta en las vestimentas, en la joyería y los encajes.
Delorme lo justifica: "Si ha sido permitido a los antiguos arquitectos en diversas naciones y países inventar nuevas columnas (...) que impedirá que nosotros franceses, no inventemos algunas y les llamemos francesas" [ "S'il a été permis aux anciens architectes en diverses nations et pays d'inventer de nouvelles colonnes (...) qui empêchera que nous français, n'en inventions quelques-unes et les appelions françaises"].
La fachada está decorada con grandes bronces de tema mitológico, ejecutados entre 1541 y 1543 por le Primatice, enviado a Roma a petición del Francisco I, para hacer copias en yeso obtenidas sobre las esculturas de mármol que se conservaban allí.
Típico de esta arquitectura manierista, las fachadas tienen altas ventanas rematadas con anchos frontones curvos, conectados por tables horizontales con marcos moldeados.
Catalina de Médicis también quería revestir con un acabado más clásico este castillo que seguía siendo demasiado gótico para su gusto.
Cuatro veces más grande que Chambord, su estilo manierista debía acercarse al barroco, entonces en gestación en Italia.