En arquitectura, una almohadilla es la parte saliente de un sillar de piedra que se dispone en un paramento proyectado hacia el exterior con al menos una de sus caras sin labrar, para luego ser tallado para formar molduras decorativas, capiteles, bases, cartelas, ménsulas, modillones, escudos, etc. Se disponen principalmente en las esquinas de los edificios, en las molduras de los huecos y en las líneas de impostas.
Es un acabado meramente ornamental que potencia el juego de luces y sombras.
Las almohadillas a veces también se dejaban sin trabajar en un acabado llamado rústico, que da nombre al estilo rústico o bugnato (el nombre en italiano).
Fue muy característico de los palacios del renacimiento italiano, especialmente en plantas bajas, donde se acentúa considerablemente su relieve.
Hay muchas variantes de almohadillado, según sea la forma y combinación de las almohadilladas, siendo las más conocidas las siguientes: