Estas normas de composición fueron desarrolladas en Grecia y alcanzaron la madurez en el período clásico a partir del siglo V a. C. dando lugar a la creación de tres órdenes: el dórico, el jónico y el corintio (considerado por algunos autores una variación del jónico).
[1] En 1562, Jacopo Barozzi da Vignola publicó el tratado Regola delli cinque ordini d'architettura en que se enumeran y definen los cinco órdenes arquitectónicos, presenta un estudio y una sistematización, definiendo sus proporciones de composición a partir de un módulo y estableciendo los trazados geométricos a utilizar por los arquitectos en el futuro.
Aunque tienen el mismo nombre, los tres órdenes griegos son diferentes de los romanos,especialmente el estilo dórico.
[2] En cada orden, cada parte del edificio tiene invariablemente un número fijo y predeterminado de módulos.
Todo esto quedó recogido a su tratado Regola delli cinque ordini d'architettura.
Los estilos jónico, corintio y compuesto se empleaban tanto en el interior como al exterior de los templos dedicados a deidades femeninas.