[2][3][4] La pendiente empinada del techo y las ventanas permiten habilitar el espacio dispuesto bajo la cubierta como vivienda[5] (lo que en francés se denomina chambre de bonne) y a su vez facilitaron en algunos casos añadir un piso habitable adicional en edificios con un número máximo de alturas normativamente prefijado.
Su nombre proviene del francés mansarde, que a su vez se debe al arquitecto parisino François Mansart (1598-1666), quien la popularizó en Francia.
Para ello, es preciso practicar un hueco en el tejado, que se techa con otro pequeño tejado a dos aguas cuyo caballete se sitúa perpendicular al faldón y al centro de la ventana y por encima de esta.
El estilo de techo gambrel, que se ve comúnmente en cobertizos en América del Norte, presenta una configuración similar a la mansarda.
Desde el punto de vista constructivo, la mansarda es un tejado a cuatro aguas con una limatesa intermedia, con pendiente hacia todos los costados del edificio.
Un ejemplo de esta afirmación figura en el libro de 1914 "How to Make a Country Place" (Cómo hacer una Casa en el Campo): "Se dice que Monsieur Mansard eludió ese impuesto sin sentido sobre las ventanas en Francia, ideando el techo con ventanas que lleva su nombre".
[21][22] Esta última explicación parece ser la más verosímil: una ley vigente en París desde 1783, restringía la altura de los edificios a 20 metros (65 pies).
Una torre con techo abuhardillado se convirtió en un elemento popular incorporado en muchos diseños, como el Edificio Principal del Vassar College, en Poughkeepsie, Nueva York, que dispone de una gran estructura con techo abuhardillado y dos torres.
En Estados Unidos, las casas con mansarda a veces se describían como provenzales francesas.