Esto se consiguió reduciendo progresivamente la superficie de cada planta respecto a la anterior.
Los retranqueos también permitían que se produjera la erosión natural sin comprometer la integridad estructural del edificio.
Por ejemplo, el Equitable Building, construido en Nueva York en 1915, que tiene 38 plantas, producía una enorme sombra.
[3][4] Actualmente numerosas jurisdicciones tienen regulaciones urbanísticas, como ordenanzas de zonificación, que imponen retranqueos para asegurar que las calles y espacios públicos tengan más espacio abierto, así como la cantidad adecuada de luz y aire.
Según la jurisdicción, puede regular otros aspectos como alambradas, paisajismo, fosas sépticas y varios riesgos posibles contra la seguridad.
Los retranqueos se regulan habitualmente en ordenanzas locales o en las normativas de zonificación municipales.
Los retranqueos también permiten que accedan a los edificios los servicios públicos y los contadores de luz, agua, gas...
Recientemente, algunos urbanistas, como Jane Jacobs, han criticado el uso de retranqueos en la zonificación y las leyes relativas a construcción, debido al papel que han tenido en producir dispersión urbana y ciudades de baja densidad dependientes del automóvil.