Su quinto (1839), sexto (1841) y séptimo (1843) regreso fueron como presidente interino o provisional, casi siempre apoyado por grupos políticos contrarios a los gobiernos legalmente constituidos que habían sido derrocados.[3][4] Se erigió como dictador vitalicio con el tratamiento de Alteza Serenísima en 1853, pero fue derrocado dos años más tarde.A lo largo de su extensa carrera política fue considerado ambiguo por participar en partidos contrarios, ya fuera con realistas, monárquicos, republicanos, unitarios, federales, liberales o conservadores.Ambos padres deseaban para él un porvenir tranquilo y acomodado, como correspondía a un joven aristócrata de ascendencia española.En el recién nombrado Congreso Constituyente había representantes monárquicos borbonistas e iturbidistas, así como republicanos.Además, España conservó para sí Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo y las Filipinas, dividiendo aún más el antiguo reino.El general José Antonio de Echávarri, quien fue designado para combatir la rebelión a Jalapa, decidió unirse asimismo en contra del Imperio.Santa Anna, como su principal comandante, es enviado a la Ciudad de México para ser juzgado; por influencias que tenía en la Corte, fue absuelto.Durante los primeros años del México independiente, los acontecimientos ayudaron a Santa Anna en su imparable ascenso.La convocatoria a las elecciones de 1828 nacía con la controversia entre las posturas representadas por Manuel Gómez Pedraza y Vicente Guerrero.Los partidarios del primero se oponían a hacer efectiva la expulsión de los españoles peninsulares restantes en el país.Al ser derrocado el gobierno de Guerrero por Anastasio Bustamante, Santa Anna hizo un pacto con Gómez Pedraza (el presidente que había derrocado años atrás), para que este alcanzara la presidencia de 1830 a 1833 mediante nuevos levantamientos.Entre estas reclamaciones, se encontraba la del señor Remontel, dueño de un restaurante de Tacubaya, donde algunos oficiales del presidente Santa Anna se habían comido en 1832 unos pasteles sin pagar la cuenta (Aunque posiblemente fue por daños al restaurante), por lo cual exigía ser indemnizado con sesenta mil pesos.Adicionalmente ese mismo año, un ciudadano francés fue fusilado en Tampico, acusado de piratería, lo que tensó aún más las relaciones entre ambos países.Este, al darse cuenta del desembarco, reunió algunas fuerzas y entabló la lucha sin resultados definitivos para una u otra parte.A los cuarenta días de luto por su mujer, Santa Anna contrajo matrimonio con la señorita Doña Dolores Tosta y Gómez, escándalo que contribuyó a aumentar su descrédito en un momento en que se le recordaba su anterior episodio en Texas y se le pedían responsabilidades.[8] En ausencia de Santa Anna, la situación interna en México estaba repartida entre hostilidades y caos político.Polk era un conocido expansionista que desde hacía tiempo tenía puestos sus ojos en los territorios mexicanos de la Alta California y Nuevo México.Santa Anna, quien había demostrado hasta ese momento ser el único hombre con la suficiente fuerza para gobernar un país tan ingobernable, les tomó la palabra a los conservadores y regresó a la presidencia en abril de ese mismo año.Durante la dictadura de Santa Anna, el gobierno mexicano siguió enfrentando una precaria situación financiera.Cuando se había instituido el nuevo gobierno liberal, Santa Anna publicó diversos artículos que instaban (sin éxito) a una rebelión en contra del régimen.[11] Finalmente, aprovechando la amnistía general durante el gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, regresó definitivamente a México en 1874.En la actualidad existen varios museos referentes a la vida del General Antonio López de Santa Anna.