Dolores Tosta de López de Santa Anna

Sara Sefchovich afirma que a Dolores Tosta le gustaban las fiestas que organizaba con frecuencia, que asistía regularmente al teatro y la ópera y que “... en mayo de 1854 en una velada literaria en honor de Santa Anna, la soprano Henriette Sontag, hizo pública por primera vez la letra que para celebrar a la Patria había escrito (con un arreglo musical a la italiana) Francisco González Bocanegra... misma a la que se le pondría música propia cuando Jaime Nunó ganó el concurso respectivo y que se estrenaría en el mes de septiembre...”, es decir, escuchó así por vez primera la letra del Himno Nacional Mexicano.

Una de las estrofas más efímeras fue la cuarta, dedicada a su marido: Del guerrero inmortal de Zempoala Te defiende la espada terrible, Y sostiene su brazo invencible tu sagrado pendón tricolor.

Vivieron en Cuba, Estados Unidos, Colombia e isla de Santo Tomás, en el Caribe mientras en las calles de México se oía una copla: Cayó Santa Anna, cayó el desventurado porque estaba mal parado solamente sobre un pie.

Según él, quien hizo la expropiación fue Benito Juárez, pero, por la fecha lo más probable es que, como especifican otras fuentes, haya sido Ignacio Comonfort.

A pesar de ser mucho más joven que él, le sobrevivió solo una década.

Antonio López de Santa-Anna en un daguerrotipo hecho alrededor de 1855, propiedad de la Texas photography collection
Dolores Tosta está enterrada con su marido