No obstante aunque Vermeer van Delft era de familia protestante, se casó con una joven católica llamada Catharina Bolnes en abril del 1653.
Esta hipótesis fue ampliamente aceptada desde que en el siglo XIX, Théophile Thoré la defendió y sigue estando muy extendida, pero en la actualidad los expertos dudan de su veracidad.
Parece que Johannes Vermeer no ganaba el suficiente dinero para poder alimentar a su numerosa familia.
Todavía existen dudas sobre la autoría de obras como Mujer joven sentada al virginal, Muchacha con flauta y Santa Práxedes.
El brazo extendido de Jesús señalando a María debía expresar que esta se había decidido por la mejor actividad.
Diana, Artemisa en la mitología griega, era la diosa romana de la caza y la virginidad, que había jurado mantenerse casta.
Así, una ninfa medio desnuda que se encuentra detrás de Diana, vuelve la espalda al observador.
En este, la muchacha está situada en el centro del cuadro, con una carta en la mano, delante de una ventana abierta.
La toga da al geógrafo un aire de misterio, lo que debe entenderse como una percepción del científico generalizada en la época.
Que el pintor trabaje en un cuadro mientras sobre la mesa permanece una máscara ha sido interpretado como la competición de las artes, la Paragone.
En La joven dormida, pintado sobre 1657, seguramente posterior a La alcahueta, Vermeer se confiesa seguidor de este género.
En esta técnica, también llamada pointillé (la cual no debe ser confundida con el "puntillismo"), los colores transparentes los producía aplicando pintura perdidamente en capas granulares del lienzo.
[22] En sus obras posteriores, la transición se estima en 1662, Vermeer utilizó otra técnica con un modelado delicado, los contrastes pronunciados los evitaba, empleó una iluminación tenue y un refinamiento cada vez más complejo.
Allí articuló con una ejecución naturista, una composición compleja y un espacio inundado de luz, llegando a alcanzar su máximo nivel.
Realizó varios cuadros de esta forma como el astrónomo del Louvre, pero donde consiguió mejorar en esta nueva técnica es en La encajera donde representó una mujer concentrada en su trabajo, lo consiguió centrando la atención en el rostro y las manos y prescindiendo de detalles que podían desviar la atención.
No hay dibujos que puedan atribuírsele exactamente a Vermeer y sus pinturas ofrecen pocas claves sobre métodos preliminares.
[29] Las discusiones comenzaron cuando el litógrafo estadounidense Joseph Pennell señaló en 1891 por primera vez la «perspectiva fotográfica» del cuadro Militar y muchacha riendo.
A principios del siglo XX, se descubrieron cuadros de Vermeer en colecciones privadas, como por ejemplo Mujer joven con sombrero rojo.
[34] Estas obras habían sido atribuidas a otros pintores, como Gabriël Metsu y Pieter de Hooch.
Así, en 1995 y 1996, 460.000 personas visitaron durante 14 semanas la exposición Johannes Vermeer en La Haya, en la que se exponían 22 de sus obras.
Un año más tarde, el Estado neerlandés compró Vista de Delft por deseo expreso del rey, por 2900 florines, una cantidad muy alta en la época y lo entregó al Mauritshuis.
[42][43] Entretanto existen métodos de estudio con los que se puede fijar con seguridad si un cuadro atribuido a Johannes Vermeer ha sido pintado en la época adecuada.
Este tiempo de vida medio tan corto puede ser empleado para identificar falsificaciones más recientes.
En el cuadro Paysage avec elements enigmatiques («Paisaje con elementos enigmáticos»)[45] del mismo año, Jan Vermeer está representado frente al caballete.
Salvador Dalí pidió permiso al Louvre para hacer una copia de La encajera, que le fue concedido.
Esta forma ya había aparecido en la niñez de Dalí, porque al mirar el cuadro tenía que pensar en los cuernos.
Gran fama tiene la alusión al cuadro Vista de Delft en la obra del escritor francés Marcel Proust.
Este trozo de muro resulta todavía en la actualidad un misterio, ya que no se ha encontrado en el cuadro.
Este último es robado en la historia para llamar la atención sobre el hecho de que algunos cuadros han sido atribuidos por error a Vermeer.
Peter Greenaway intentó reproducir las obras de Vermeer en su película A Zed & Two Noughts (1985; «Una Z y dos ceros»).