Pintura de género
La representación artística de temas cotidianos se consideraba una actividad artística inferior en el Renacimiento y el Barroco, cuando se asumía que el arte tenía un contenido intelectual y creativo que debía volcarse en temas cultos y en ensalzar a personajes de categoría, de las clases altas, o ejemplos nobles del pasado histórico, religioso o mitológico.Por ello la pintura de historia se consideraba el género superior y, en cambio, representar a campesinos y demás población modesta sin un pretexto argumental o moraleja era impropio de los grandes maestros.Ya en la Grecia clásica se valoraba más la tragedia, esto es, la representación de una acción noble ejecutada por dioses o héroes, que la comedia, que se entendía como las acciones cotidianas de personas vulgares.En todas estas expresiones se usa el término «género» en una traducción un tanto forzada del inglés «genre».Es con Van Eyck y los primitivos flamencos que la escena de género parece realmente renacer.El matrimonio Arnolfini es, ciertamente, un retrato, pero presenta a los personajes en un interior burgués, separados del mundo religioso, y podría en este sentido considerarse la primera escena de género.El Bosco y Brueghel el Viejo no dudaron en explotar las escenas de género, para ilustrar los proverbios y las historias, hoy a menudo perdidas, que dieron una apariencia laica a la obra religiosa.En cuanto a lo primero, son frecuentes las escenas de borracheras, ambientadas en una taberna o en un prostíbulo, en cuadros del tipo «las alegres compañías».La escena religiosa en sí (Cristo en Emaús, o en casa de Marta y María) se desarrolla en el fondo, prácticamente escondida.Las cosas que se estiman dignas de ser reproducidas en pintura ya no son solo las historias nobles, sino también lo cotidiano, incluso lo vulgar.Le pusieron el mote de Il Bamboccio[4] y sus seguidores por lo tanto fueron llamados bamboccianti (los «bambochantes»), cuyas obras inspirarían, entre otros, a Eberhard Keil, Giacomo Ceruti, Antonio Cifrondi y Giuseppe Maria Crespi.Se trataba de escenas callejeras en las que aparecían tipos populares como mendigos, actores o vagabundos.Por otro lado, los comitentes tradicionales, como la nobleza o las instituciones eclesiásticas, también se desvanecieron en este país dominado por las clases mercantiles: grandes comerciantes, burgueses acomodados y artesanos.Este tipo de cuadros interesaban a la nobleza solo como mera curiosidad.Se expresa, en un tono marcadamente poético y con gran sencillez de composición, la vida burguesa.Realizó numerosos cuadros de mendigos y pilluelos, en un tono realista, pero amable, evitando la expresión del dolor o la tristeza.William Powell Frith es quizá el más famoso pintor de género inglés y fue admirado por muchos contemporáneos.Otros pintores ingleses de género fueron Augustus Leopold Egg y George Elgar Hicks.Gustave Courbet (1819-77) basó su pintura L'apres-diner à Ornans (1849) en la obra de Wilkie The Cottar's Saturday Night (1837).En Inglaterra, pintores como William Holman Hunt y Dante Gabriel Rossetti realizaron escenas de género.Posteriormente, impresionistas y artistas del siglo XX como Vincenzo Petrocelli, Pierre Bonnard, Edward Hopper o David Park pintaron escenas de vida cotidiana.Sin embargo, en el contexto del arte moderno, el término «pintura de género» ha pasado a relacionarse principalmente con pintura de una naturaleza especialmente sentimental o anecdóctica, pintada en una técnica tradicionalmente realista.La pintura de género comenzó en el siglo XVII con obras realizadas por europeos sobre su propia vida cotidiana.