Estas pinturas presentan en su mayoría escenas picarescas con niños mendigos en diversas actitudes, como son los Niños jugando a los dados o el Joven mendigo, y a pesar de la miseria que muestran, el pintor consigue crear una imagen de humanidad y simpatía.
Esta época fue llamada el Siglo de Oro, denominación especialmente utilizada en lo que al terreno cultural se refiere.
Así en esta pintura, los niños se encuentran vestidos pobremente con las camisas medio destrozadas, pero con muestras de cierta alegría en la glotonería con que consumen las frutas, seguramente robadas.
Esta interpretación profana y cotidiana, muestra el conocimiento que el autor tenía de la escuela italiana , influido principalmente por Caravaggio, quizá en los pequeños «Bacos» realizados por este pintor cincuenta años antes.
Las ropas son harapos rotos, los pies descalzos y sucios están próximos al espectador y en la parte izquierda del cuadro, se encuentra una cesta llena de uvas que forma por sí sola una naturaleza muerta.