María de Betania es mencionada en tres episodios en la Biblia, siempre junto a su hermana Marta.
Marta, viendo esto, dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender?
María tuvo una actitud de recogimiento y oración, mientras que Marta en ese momento tenía la preocupación por las cosas temporales.
"María, pues, tomó una libra de perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies y se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume."
En ocasiones, se identifica a María de Betania con otras mujeres mencionadas en el Nuevo Testamento.
En el Evangelio de Lucas (Lc 7:37-50), se menciona a una mujer que era conocida públicamente como pecadora, y al enterarse de que Jesús estaba en Galilea en la casa de un fariseo, Jesús agradeció esto y le perdonó los pecados a la mujer, a la cual no conocía hasta ese momento.
Según el evangelio de Juan (Jn 11:2), "María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos", por lo cual muchos identifican a esta pecadora anónima con María de Betania.
Si esta identificación es correcta, María ya conocía a Jesús cuando este se hospedó en su casa.
Tal vez pudo haber sido Magdala, y en ese caso podría ser que María de Betania y María Magdalena fuesen la misma persona, dado que el gentilicio de Magdala es "magdaleno", "-a".
María de Betania es considerada santa por todas la denominaciones cristianas que admiten la santidad.
Hay discrepancias entre las distintas confesiones, sin embargo, acerca de su identificación con las otras mujeres anteriormente mencionadas.
Dicha cuestión, se resolvió “en estudios y tiempos recientes, como testimonia el actual Martirologio Romano, que también conmemora a María y Lázaro en ese mismo día” además de que “en algunos Calendarios particulares los tres hermanos se celebran juntos en ese día”.
Sus hermanas María y Marta huyeron con él, ayudándole en la proclamación del Evangelio en diferentes lugares.