[1] Según la Leyenda áurea, Marcela habría sido sierva cristiana de los hermanos Marta, María y Lázaro de Betania, junto con Sara y Maximino, también cristianos.
[4] Cuando comenzó la persecución de los cristianos en Tierra Santa, allá por el año 44, Marcela, Sara, Maximino y los hermanos de Betania fueron arrojados al Mar Mediterráneo en una barca sin remos que llegó a lo que hoy es la comuna francesa de Saintes-Maries-de-la-Mer.
Algunas versiones también incluyen en el grupo a Susana, José de Arimatea y Sidonio.
[7] En territorio francés, el grupo fue acogido por pastores de la región, sin embargo decidieron separarse para propagar las obras de Jesús en diferentes lugares.
[9][10] Sus reliquias reposan con Maximino, Sidonio y Susana en la Basílica de Santa María Magdalena, en Saint-Maximin-la-Sainte-Baume.