Susana (Nuevo Testamento)

Jesús permitía que un grupo de mujeres le siguiera (Lc 8,2-3; 23,49; Mc 15,41) y le sirvieran con sus bienes.

[2]​ En la Antigüedad, a las mujeres no se le tenía en cuenta generalmente en la sociedad, menos en la judía, llama la atención que los evangelios no solo destaquen los nombres de las seguidoras de Jesús (entre ellas Susana), sino también que digan que eran ellas las que con sus propios recursos ayudaban sostener a Jesús y sus discípulos.

Aunque no se menciona por su nombre en los Hechos de los Apóstoles, Susana probablemente se cuenta como una de las mujeres que se unieron a los discípulos y a María, madre de Jesús en el cenáculo o aposento alto en oración, entre el grupo de 120 que eligió a Matias para llenar la vacante que dejó Judas Iscariote, según Hechos 1: 14. y quizás estar presente en el Día de Pentecostés.

[3]​ A pesar de que se le menciona como discípula de Jesús, Susana no está incluida en el Martirologio Romano, ni en el Santoral de la Iglesia Católica romana, por lo que en dicha iglesia no es venerada como santa, a diferencia de las iglesias ortodoxas, que también la incluyen en la lista de las Miróforas,[4]​ cuya fiesta es el segundo domingo después de Pascua.

[6]​ Según dicho libro, Jesús las autorizó a establecer su propia organización, ordenando a Judas darles fondos para ellas y sus animales de carga, siendo así económicamente autónomas.

Imagen de Susana en una procesión religiosa.