En el cristianismo Occidental, se emplean normalmente los términos las dos mujeres en la tumba, las Tres Marías e incluso otras variantes (Mateo 27:55-56,27:60-61,28:1-10, Marcos 15:40-16:11, Lucas 23:50–24:10, Juan 20:1-18).
La costumbre judía de aquel tiempo dictaba que los deudos regresaran a la tumba cada día durante los tres días siguientes.
Fue al llegar este momento que la Resurrección les fue revelada, y fueron encargadas de decírselo a los Apóstoles.
José era un honorable consejero, quién esperaba (o buscaba) el reino de Dios (Marcos 15:43).
Nicodemo (griego: Νικόδημος) era un Fariseo y también miembro del Sanedrín, a quien se menciona pronto en el Evangelio de Juan, cuando visita a Jesús para escuchar sus enseñanzas, pero va de noche por miedo (Juan 3:1–21).
Cada domingo, hay un himno especial que es cantado en Matins y la Oficina de Medianoche, llamó el Hypakoë, (griego: Ύπακοί, Slavonic: Ўпаκои), el cual significa, "enviado", y refiere a las Miróforas, las mujeres que son enviados para anunciar la Resurrección a los Apóstoles.
Los tres sinópticos repetidamente hacen a las mujeres el sujeto del verbo ver, claramente presentándolas como testigos presenciales.
Aun así, algunos pasajes en la Mishnah (Yebamoth 16:7; Ketubot 2:5; Eduyot 3:6) indican que las mujeres podían dar testimonio si no había testigo varón disponible.