La lechera
El resto de la habitación es bastante austera; casi desnuda, vacía y sola.[2] La criada se encuentra en su universo particular, en un interior casi desnudo, con la presencia de unos pocos objetos sencillos.El pintor ha utilizado sus colores: el azul (realizado con un pigmento, el azul de ultramar, derivado del lapislázuli),[3] y el amarillo, en sorprendente armonía.Es una escena de la vida cotidiana, donde se presenta a una mujer trabajadora.En este caso Vermeer quería poner a la mujer como un ser fuerte y que da ejemplo.