El concepto de estabilidad no es exacto, ya que existen isótopos casi estables.
Así cuando se descubrieron tres isótopos del hidrógeno, recibieron los nombres de protio, deuterio y tritio.
Sin embargo cuando se están describiendo reacciones nucleares es útil tener el número atómico como referencia.
En el caso de textos no científicos, como textos periodísticos, esta notación con subíndices y superíndices es incómoda, por lo que también se usa una notación consistente en el nombre del elemento unido por un guion al número másico del isótopo de que se trate.
De esta forma los isótopos del hidrógeno 11H, 21H y 31H, también se pueden nombrar como hidrógeno-1, hidrógeno-2 e hidrógeno-3 respectivamente.
La fuerza nuclear fuerte, que une protones y neutrones entre sí, requiere que la cantidad de neutrones y protones esté cerca de cierta relación.
Cuando el número de neutrones es superior al que requiere esta relación el átomo puede presentar decaimiento beta negativo.
Varios isótopos radiactivos inestables y artificiales tienen usos en técnicas de radioterapia en medicina.
Por ejemplo, un isótopo del tecnecio (99mTc, la "m" indica que es un isómero nuclear metaestable) puede usarse para identificar vasos sanguíneos bloqueados.
Varios isótopos radiactivos naturales se usan en datación radiométrica para determinar cronologías, por ejemplo, arqueológicas.