Se utilizaba para denotar al oficial de más alta graduación del imperio.
A él correspondía portar la Espada Imperial durante las ceremonias de coronación.
El símbolo del cargo, presente también en su escudo familiar, eran dos espadas rojas cruzadas.
Durante la Alta Edad Media el rango conlleva todavía atribuciones militares, pero, al menos a partir del Renacimiento, sus funciones son meramente ceremoniales y se limitan a coronaciones y Reichstage.
Durante el Imperio alemán y la Primera Guerra Mundial nadie fue nombrado nunca Reichsmarschall.