La figura femenina, representando a una musa, se ha propuesto como la hija del pintor, Maria Vermeer.
La pintura permaneció sin descubrir durante un siglo hasta su compra por 50 florines en 1813 por el conde austriaco Johann Rudolf Czernin.
El cuadro fue exhibido públicamente en Viena por la familia Czernin hasta la invasión de Austria por los nazis en 1939.
El conde Jaromir Czernin tenía previsto venderlo a otra persona, pero presionado por Adolf Hitler accedió a ofrecérselo por 2 millones de reichsmarks con destino al gran museo que Hitler pensaba erigir en Linz.
Según alegan ahora los descendientes del conde, finalmente el precio pagado fue inferior, ya que los alemanes amenazaron al propietario con enviarle a un campo de concentración.
Pero en septiembre de 2009, los Czernin alegaron que la venta fue forzosa, y reclamaron una resolución justa del asunto.
Según la página web del periódico español El Mundo, las autoridades austríacas estudiarán cómo actuar.
Se cree, pues, un autorretrato del artista, aunque no resulta visible su cara.
Esto se evidencia en que luce una corona de laurel, sostiene un cuerno (que representa la fama, como encarnación de la celebridad) y lleva un libro (representando el conocimiento), según el texto del siglo XVI de Cesare Ripa sobre emblemas y personificaciones, titulado Iconologia.