Si bien dichos movimientos han compartido el objetivo de establecer una República, durante estos tres siglos han surgido distintas corrientes según la organización territorial que se quería dar a ese Estado republicano: una organización unitaria o centralista, o federalista, existiendo además corrientes independentistas de carácter republicano en diversas regiones españolas.
Hay que destacar que, aunque históricamente ha habido movimientos y partidos políticos defensores de la República en todo el espectro político español, desde la izquierda hasta partidos liberales, nacionalistas o derechistas, actualmente el republicanismo en España es comúnmente identificado con la izquierda política, ya que los republicanos conservadores son una minoría.
Las raíces del republicanismo en España se encuentran en el liberalismo, surgido a partir de la Revolución francesa y cuyas primeras manifestaciones se encuentran en la Guerra de la Independencia española (1808-1814).
Durante el reinado de Fernando VII (1813-1833) se dieron varios pronunciamientos liberales, pero no fue hasta el reinado de Isabel II que aparecieron los primeros movimientos claramente antimonárquicos y republicanos.
Pero la República fue víctima de la inestabilidad provocada por las guerras antes nombradas y por la propia división entre los republicanos.
Además, dentro de los federalistas existía un sector «intransigente» que se sublevó en la Revolución Cantonal, finalmente sofocada.
Fue en 1933 cuando se extendió también, por primera vez en España, el sufragio universal a las mujeres.
El presidente del gobierno, Adolfo Suárez, reconoció, en una entrevista con Victoria Prego, que sus propias encuestas durante la Transición daban la victoria a la república frente a la monarquía, y que manipuló la Ley para la Reforma Política de 1976 para evitar un referéndum monarquía-república, incluyendo constitución democrática y monarquía en el mismo paquete de medidas.
De esa forma, una vez aprobada la Ley, pudo responder a las presiones internacionales (que pedían dicho referéndum), que la monarquía ya había sido aprobada por los votantes.
Según han reflejado diversas encuestas, existe una parte significativa de la población española que se declara republicana o contraria a la monarquía.
Durante la Primera República Española (1873-1874), cuya constitución no llegó a ser aprobada por las Cortes, se mantuvo la bandera rojigualda, que había sido la bandera de España desde 1785, con la retirada de la corona del escudo.
Sin embargo, se elaboraron distintos proyectos para sustituir la bandera rojigualda por una tricolor roja, blanca y azul,[4] a similitud de la bandera revolucionaria francesa, o por una tricolor roja, amarilla y morada.
En otros países europeos, al producirse la transformación de sus países en repúblicas, también se produjo un cambio de bandera, como en Francia (1794), Portugal (1910) y Alemania (1919); en otros casos no fue así, tal y como ocurrió en Italia (1946), donde únicamente se retiró el escudo, o como en el caso albanés donde su bandera ha permanecido, invariablemente, representada por su característica águila bicéfala.
El Partido Socialista Obrero Español mantiene una postura favorable a la actual forma política de Estado, con un apoyo, desde sus dirigentes, hacia la monarquía parlamentaria, a la vez que una parte de sus bases se proclaman republicanas.
Se recogen solo los partidos que muestren una actitud favorable al republicanismo y tengan o hayan tenido representación parlamentaria a nivel estatal o autonómico: También la coalición Europa de los Pueblos, que unió a diversos partidos regionalistas, nacionalistas o independentistas de izquierdas, pidió el voto a los republicanos españoles y defendió el republicanismo federal español.
[40] Esta coalición, formada para concurrir en las elecciones al Parlamento Europeo, integraba a los partidos: ERC, EA, Chunta Aragonesista, Partido Socialista de Andalucía, Andecha Astur, Conceju Nacionaliegu Cántabru e Iniciativa Ciudadana de La Rioja.
El CIS, no obstante, sí publica encuestas donde se expone la valoración que los encuestados hacen de la monarquía, y ocasionalmente ha publicado preguntas de opinión sobre la monarquía, observándose un progresivo descenso del apoyo hacia las opiniones monárquicas,[43] a la par que otras valoraciones desfavorables que afectan a todas las instituciones políticas del país, y manteniéndose la Corona en mejor posición y consideración que todas ellas.
[62] Una encuesta realizada por TNS Demoscopia para Antena 3 revela que dos de cada tres ciudadanos creen que la abdicación se ha realizado en un momento oportuno, y el 60 % apoya la proclamación del príncipe Felipe como nuevo rey.