Proclamación de Felipe VI

Felipe VI ya vestido con el uniforme conforme a su empleo militar, asumió de este modo el mando supremo del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire.

El estandarte contenía ya el nuevo escudo de armas del Rey, del que se habían retirado la Cruz de San Andrés y el yugo y las flechas.

A continuación, recibieron los correspondientes honores militares con la interpretación del himno nacional en su versión completa.

Se refirió asimismo a la consolidación de la monarquía parlamentaria en las últimas casi cuatro décadas y mostró el respaldo y colaboración para que el nuevo reinado fuese fructífero.

Seguidamente, el presidente de la cámara baja procedió a tomar juramento a Felipe VI, que pronunció las siguientes palabras: En ese momento se proclamó el nuevo rey, se hicieron los correspondientes vivas al rey y a España y se interpretaron los acordes del himno nacional.

Expresó su fidelidad a la Constitución y en los valores en que descansa la convivencia democrática.

En el transcurso de su alocución tuvo un recuerdo a las víctimas del terrorismo.

El nuevo rey permaneció durante todo el trayecto de pie, saludando al público asistente.

[17]​ No existen aún datos oficiales sobre la cantidad de personas que asistieron al recorrido por las calles de Madrid del nuevo rey,[18]​ por lo que hubo cierta polémica sobre ello.

[24]​ Restricción que en palabras de la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, fue justificada para evitar un conflicto y provocación entre los manifestantes republicanos y los asistentes al recorrido del nuevo rey, y afirmando que «podían manifestarse por la república, y podían hacerlo incluso ese día, pero lo único que se les dijo es que no podían hacerlo en las zonas acotadas para evitar esa confrontación».

[25]​ Unas 500 personas se manifestaron en Madrid, de las cuales tres fueron detenidas, al intentar rebasar el cordón policial.

Los medios internacionales hicieron especial énfasis en la austeridad de la proclamación, calificando la parca ceremonia de digna y ejemplar para los tiempos económicos que vive el país, y destacaron la laicidad con la que se llevó a cabo la coronación.

[18]​[27]​[28]​[29]​[30]​ En los salones del Palacio Real los reyes Felipe y Letizia recibieron a unos 2000 invitados, entre los cuales se encontraban los más altos cargos de las instituciones del Estado y representantes de la sociedad civil en general.

Tampoco se celebró la tradicional Misa del Espíritu Santo en la Iglesia de san Jerónimo el Real.

El rey Juan Carlos I, sanciona y promulga la ley orgánica de su abdicación.
El rey Felipe VI es recibido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la entrada del Palacio de las Cortes.