Para el homenaje movilizaría a los batallones del Tiro Nacional, la Guardia Provincial y la Policía, obviamente desarmados.
No obstante, tropas armadas de la policía al mando del jefe de la fuerza, el coronel Garmendia, se desplazarían al Riachuelo para recibir el mayor embarque de armas que esperaba la ciudad, 3500 fusiles mauser y 500.000 cartuchos adquiridos por Tejedor en Alemania y transportados a bordo del vapor fluvial Riachuelo.[n.
Tejedor ordenó a Arias recibir, defender o tomar por la fuerza las armas de ser preciso.
Aunque las compartía, insistió en recibir sus instrucciones por escrito y recién a las 23:00 se puso en marcha con sus hombres.
El Ferrocarril del Sud suspendió sus servicios debido a que los revolucionarios cortaron los rieles para levantar barricadas.
La Inspección General de Milicias estaba a cargo del Coronel José Arredondo.
La campaña (en ese entonces 65 partidos o distritos) se dividió en doce circunscripciones militares bajo el mando del coronel José Inocencio Arias mientras que la ciudad de Buenos Aires se organizaba en dos bajo el mando del coronel Julio Campos, jefe de la Guardia Nacional del Municipio de Buenos Aires.
Estaba constituida por: Estaba compuesta de las siguientes unidades: Desde el 4 de junio se había organizado la División Arias en Mercedes, llegando a reunir unos 10 000 hombres, pero al inicio del combate de Olivera, se redujo a los 6.000 indicados, porque el resto se desbandó, o cayó muerto o herido o prisionero.
Embarcadas en un paquebote debió ser remolcado por el mismo Feliz Esperanza hasta Zárate, donde fue detenido por fuerzas nacionales y utilizado a su vez para el transporte de tropas y pertrechos hasta el fin del conflicto.
El pailebote Rayo, mercante embargado en el Riachuelo, tras recibir en la rada exterior una partida de fusiles Remington se tiroteó con la lancha nacional Victoria, resultando algunos heridos, pero pudo seguir aguas arriba y entregar las armas en Puente Alsina.
El vapor fluvial Riachuelo consiguió también en una oportunidad burlar el bloqueo del monitor El Plata y las bombarderas y si bien mientras transportaba una partida de armas fue sorprendido por la lancha Talita produciéndose un tiroteo de armas portátiles, logró trasladar su carga a puerto.
También se dispusieron partidas de francotiradores, como las que se enfrentaron con el vapor Flores y con el vapor Kate, requisados por la armada y utilizados para el patrullaje del Riachuelo, y baterías como la ubicada en la ribera del Retiro al mando del capitán Ramón Lorenzo Falcón que con dos cañones Krupp de 75 mm tiroteó al Villarino (Daniel de Solier), surto en los Pozos, durante casi dos horas.
No obstante esas medidas, el bloqueo naval fue eficaz y una de las razones que daría finalmente Tejedor para renunciar sería que "Bloquea nuestro puerto una escuadra formada con nuestros propios tesoros para una guerra extranjera".
Tejedor designó jefe de la caballería al coronel Hilario Lagos, de la artillería a Edelmiro Mayer y al coronel Julio Campos como jefe del perímetro defensivo, en el que se levantaron trincheras y barricadas.
El coronel José Inocencio Arias con base en Mercedes (Buenos Aires) pasó por su parte a reclutar las milicias de la campaña.
En la operación sostuvo varios choques menores contra la fuerza del teniente coronel Salvador Maldonado, quien defendió con éxito la posición nacional.
Entre tanto Arias había reunido unos 10 000 milicianos muy mal armados, ya que apenas contaba con 1200 mauser (sin bayoneta), 2000 lanzas y unos 2500 sables.
Contra esa fuerza fue enviado el coronel Eduardo Racedo quien luego de desembarcar unos 4000 hombres en Campana inició la persecución.
Las tropas nacionales continuaron luego hacia San Andrés de Giles, donde el juez de paz y comandante militar don Julio Saraví, que respondía a las tropas provinciales, debió dejar el cargo.
Por su parte, las tropas nacionales que al mando del coronel Joaquín Viejobueno y Muñoz permanecían en Chacarita se trasladaron a Flores para tomar por el frente los Corrales a la par que sus subordinados los coroneles Eduardo Racedo (División Norte) y Nicolás Levalle (División Sur) recibieron órdenes de atacar los puentes sobre el Riachuelo.
Los hombres de Arias persiguieron a los nacionales tras el Riachuelo pero fueron rechazados y al tener noticias de que Levalle estaba recibiendo refuerzos se retiraron a la ciudad cruzando el Riachuelo por el Puente Alsina.
Arias cambió su posición cubriendo con los batallones Mercedes y San Nicolás el puente que ya era atravesado por fuerzas nacionales entablándose el combate más duro del levantamiento.
La lucha se prolongó hasta las primeras horas de la mañana sin que las fuerzas nacionales pudieron tomar el puente.
Sin refuerzos y siendo ya insostenible la posición, antes del mediodía Arias recibió órdenes de replegarse a los Corrales.
Ambas fuerzas habían sufrido bajas similares: en el campo de batalla quedaron unos 1200 muertos.
El coronel Lagos, con dos cañones y unos pocos hombres ocupaba una altura desde la que barrió con su artillería el avance nacional en un amplio frente.
Las tropas nacionales cargaron en tres oportunidades sobre la altura defendida por Lagos, pero fueron rechazadas con importantes pérdidas.
El 22 de junio, reforzada la división Carhué con tropas al mando del coronel Francisco Bosch, Levalle atacó nuevamente Barracas.