Dos años más tarde, regresó con el presidente a Buenos Aires.
Allí fue el primer jefe militar que obtuvo una victoria aplastante sobre los ranqueles, dirigidos por Mariano Rosas.
Participó en la campaña contra la revolución de 1874, combatiendo contra los indios aliados de Mitre en Las Flores, Paso del Gualicho, Cacharí, Olavarría y Blanca Grande; en este último combate hizo prisionero al cacique Cipriano Catriel.
Al año siguiente participó en la Conquista del Desierto organizado por el ministro de guerra, general Julio Argentino Roca.
Se unió a la revolución del gobernador Carlos Tejedor contra el presidente Nicolás Avellaneda, y dirigió las fuerzas porteñas en la batalla de los Corrales Viejos.