Las guerras civiles argentinas, que sacudieron periódicamente al país desde 1814 en adelante, estaban causadas por los conflictos entre las posturas centralistas y económicamente liberales que, en general, distinguieron al gobierno de Buenos Aires, con las más proteccionistas y federales del partido federal.
Éste fue derrotado seriamente en 1861, y a lo largo de la década siguiente fue aplastado hasta desaparecer.
Debido a que no lograron afirmarse en los pueblos del interior, las concentraron en la ciudad.
Los 10 000 hombres de Arias se dirigieron a Luján y continuaron avanzando.
Cuando el jefe nacional logró llegar a la estación, casi todas las fuerzas porteñas habían partido en varios trenes.
Debido a la imposibilidad de continuar una guerra a la defensiva contra un enemigo que dominaba todo el resto del país, el gobernador Tejedor inició tratativas de paz, comenzándolas con su renuncia.