En la batalla de Curupaytí el batallón Santa Fe, al mando del teniente coronel Joaquín Lora, fue designado por el general Bartolomé Mitre para servir de vanguardia a todo el ejército argentino, en brigada con el batallón Rosario (mayor Racedo) y el 5.º de línea.
A bayoneta, el batallón tomó los desfiladeros de Ascurra, luchando luego en Cerro San Joaquín y en Villeta.
Finalizada la guerra, el batallón regresó a Rosario al mando del teniente coronel Enrique Spika.
Sastre procedió por su cuenta a adquirir tierras en el área entre los años 1890 y 1894, adquiriendo un total de 13.586 hectáreas, a un valor promedio de $12,11 la hectárea.
Uno de sus hijos, Carlos Sastre, continuó siendo un importante propietario en Córdoba.