En el contexto de la nutrición, un mineral es un elemento químico requerido por los organismos como un nutriente esencial para realizar las funciones necesarias para la vida.
[4] Los cinco minerales principales en el cuerpo humano son calcio, fósforo, potasio, sodio y magnesio.
Los oligoelementos que tienen una función bioquímica específica en el cuerpo humano son azufre, hierro, cloro, cobalto, cobre, zinc, manganeso, molibdeno, yodo y selenio.
Un elemento, el cobalto, está disponible para ser utilizado por animales solo después de haber sido procesado en moléculas complejas (por ejemplo, vitamina B12) por bacterias.
Juntos, estos once elementos químicos (H, C, N, O, Ca, P, K, Na, Cl, S, Mg) constituyen el 99.85% del cuerpo.
Los ~18 minerales de ultratraza restantes comprenden solo el 0.15% del cuerpo, o aproximadamente un gramo en total para la persona promedio.
Los Estados Unidos y Japón designan al cromo como un nutriente esencial,[11][12] pero la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que representa a la Unión Europea, revisó la pregunta en 2014 y no está de acuerdo.
Los dietistas pueden recomendar que los minerales se suministren mejor ingiriendo alimentos específicos ricos con los elementos químicos de interés.
El enfoque dietético en los elementos químicos se deriva de un interés en apoyar las reacciones bioquímicas del metabolismo con los componentes elementales requeridos.
Un ejemplo sería una dieta baja en productos lácteos y, por lo tanto, no cumple con la recomendación de calcio.
[56][57] En los ecosistemas terrestres, los hongos tienen funciones similares a las bacterias, movilizando minerales de la materia que otros organismos no pueden acceder y luego transportan los nutrientes adquiridos a los ecosistemas locales.