Uno de los grandes clínicos del siglo XVII, Francis Glisson, fue el que dio la explicación más extensa del raquitismo infantil (deformación de la cabeza, tórax y raquis) en su libro sobre el tema donde dice que los pequeños pacientes no mueven las articulaciones y tienden más bien a estarse quietos.
Las posibles razones incluyen las recomendaciones para que los niños usen protector solar y la tendencia de pasar más tiempo en casa, viendo la televisión o jugando a juegos electrónicos, en vez de jugar al aire libre.
[5] Días después del nacimiento pueden desarrollar hipocalcemia o más tardíamente presentar signos y síntomas evidentes de raquitismo.
Se debe identificar y tratar la causa o enfermedad subyacente, para prevenir la recurrencia.
Las fuentes dietéticas de vitamina D incluyen: pescado, hígado y leche procesada.
[3] Si el raquitismo no se corrige mientras el niño aún está creciendo, las deformidades de los huesos y la baja estatura serán permanentes.