[2][10] Fue descubierto en 2003 por un equipo dirigido por José Luis Ortiz Moreno en el Observatorio de Sierra Nevada en España y en 2004 por un equipo dirigido por Mike Brown del Caltech en el Observatorio Palomar en los Estados Unidos.
Las circunstancias en torno a su descubrimiento generaron gran controversia, por lo que la UAI no nombró un descubridor oficial,[2] aunque en su base de datos y en otras páginas oficiales se indica que el observatorio responsable del hallazgo fue «Sierra Nevada».
Sin embargo, casi todas implican una única colisión con baja probabilidad de ocurrir.
[14][15] La forma elongada de Haumea y su corto periodo de rotación pueden limpiar el material inicialmente en un disco ecuatorial mediante resonancias entre la rotación del cuerpo y las partículas del disco.
Este mecanismo explica por qué los anillos se encuentran relativamente lejos del cuerpo principal.
Todos se detectaron con el telescopio Samuel Oschin de 122 cm en el Observatorio Palomar.
[17] Sin embargo, los investigadores no anunciaron sus hallazgos para redactar el artículo científico que informaría del descubrimiento.
[20] Según Santos Sanz, la página no aportaba información suficiente para confirmar si era el mismo objeto.
La noche del 27 de julio de 2005, Ortiz le envió un correo electrónico al MPC con su descubrimiento, titulado «Gran descubrimiento TNO, urgente»,[23] sin mencionar que habían investigado los registros del Caltech, hecho que repitieron la mañana siguiente.
Posteriormente le pidieron nuevas observaciones a Reiner Stoss, en el Observatorio Astronómico de Mallorca.
El equipo de Ortiz presentó entonces un segundo informe al MPC que incluía estos nuevos datos, otra vez sin hacer mención de que habían accedido a los registros del Caltech.
Al día siguiente, el MPC hizo pública la noticia y le dio el nombre provisional de 2003 EL61.
[24][20] En una conferencia de prensa ese mismo día, Ortiz nombró a Haumea «el décimo planeta».
[25] Brown inicialmente le dio el crédito del descubrimiento a Ortiz,[26] pero al poco tiempo el MPC le informó que el código interno con el que designaron el objeto y sus datos estaban disponibles al público y habían sido consultados.
Según Brown, estos logs incluían información suficiente para que los españoles pudieran recuperar datos de Haumea, notificar su descubrimiento al MPC y realizar las confirmaciones posteriores.
[28] Además, informó del descubrimiento de otro objeto del cinturón de Kuiper, Eris, más lejano y más grande que Plutón, al que denominaron «el décimo planeta».
[18][27] Una vez que la investigación reveló el origen de las consultas, Brown le pidió explicaciones a Ortiz mediante correos electrónicos y llamadas telefónicas, pero no recibió respuesta.
[30] En septiembre de 2005, el mismo Ortiz y su equipo admitieron haber accedido a los registros digitales de observación del Caltech, pero negaron mala intención, diciendo que solamente verificaban si habían descubierto un nuevo objeto.
En septiembre de 2006 el equipo del Caltech envió los nombres de la mitología hawaiana a la UAI para (136108) 2003 EL61 y sus lunas[32] propuestos por David Rabinowitz para «rendir homenaje al lugar donde se descubrieron los satélites».
Si bien indicaba que el descubrimiento se hizo en el Observatorio de Sierra Nevada, donde trabaja el equipo español,[11][22] el nombre elegido, Haumea,[2] fue el propuesto por el Caltech.
La proposición no fue aceptada por la UAI, no solo a causa de la polémica con Brown sobre el descubrimiento, sino también porque las deidades ctónicas se reservan para nombres de objetos que orbitan en resonancia con Neptuno.
[25] Brian Marsden apoyó los reclamos de Brown diciendo: «Tarde o temprano, la posteridad tomará conciencia de lo que pasó, y Mike Brown recibirá el crédito completo»[22] y agregó que la controversia es la peor desde la disputa mantenida a principios del siglo XVII entre Galileo Galilei y Simon Marius por la atribución del descubrimiento de los cuatro satélites mayores de Júpiter,[22] finalmente decidida en favor del primero.
[37] Inmediatamente después del anuncio del nombre, Brown indicó que no era habitual que se permitiera a alguien nombrar un cuerpo celeste sin ser reconocido como su descubridor oficial, pero indicó estar satisfecho con el resultado.
[2] Haumea fue catalogado inicialmente como un objeto clásico del cinturón de Kuiper en 2006 por el MPC.
[43] Sin embargo, dado que los planetas y los cuerpos más pequeños del sistema solar comparten una alineación orbital común desde su formación en el disco primordial del sistema solar, los estudios más tempranos para los objetos distantes se centraron en aquellos cuya órbita coincide con el plano de la eclíptica.
Si Haumea tuviera una densidad baja como Plutón, con una espesa capa de hielo sobre un pequeño núcleo rocoso, su rápida rotación lo habrían alargado en mayor grado que lo permitido por las fluctuaciones en su brillo.
[77] Haumea es el mayor miembro de la familia colisional que lleva su nombre, un grupo de objetos astronómicos con características físicas y orbitales similares que podrían haber tenido un origen común.
[35] Otra hipótesis, también basada en una colisión a gran velocidad, sugiere que el material expulsado en el choque inicial se fusionó en una gran luna de Haumea, que más tarde fue destruida en una segunda colisión, dispersando sus fragmentos hacia el exterior.
La familia no podría haberse formado en el cinturón de Kuiper primordial, más denso, debido a que un grupo tan unido habría sido alterado por la migración de Neptuno dentro del cinturón, lo que se cree que es la causa de la baja densidad actual del cinturón.
Este escenario está basado en colisiones con altas posibilidades de ocurrencia y verificadas por simulaciones numéricas.