[4] Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, diseñó diversos instrumentos científicos —incluido un astrolabio plano, empleado para determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste— e inventó un densímetro, por ello está considerada como una pionera en la historia de las mujeres en la ciencia.[9] Por su parte, los movimientos feministas la han reivindicado como paradigma de mujer liberada, incluso sexualmente,[10] aunque, según la Suda, estuvo casada con otro filósofo —llamado Isidoro— y se mantuvo virgen.[11] También se la ha asociado con la Biblioteca de Alejandría, si bien no hay ninguna referencia que vincule a ambas: se cree que la Gran Biblioteca ptolemaica desapareció en un momento incierto del siglo III, o quizá del IV, y su sucesora, la Biblioteca-hija del Serapeo, fue ocupada y expoliada por los cristianos en 391 d. C.. Hipatia nació en Alejandría, capital de la diócesis romana de Egipto, a mediados del siglo IV, en 370, según algunas referencias, y en 355,[13] al decir de otras.Su madre es toda una incógnita y no hay teorías de quién podría ser.Sí se sabe que su padre fue Teón de Alejandría, un célebre matemático y astrónomo, muy apreciado por sus contemporáneos, que probablemente debió trabajar y dar clases en la Biblioteca del Serapeo, sucesora de la legendaria Gran Biblioteca ptolemaica.[17] Antes de esto también el propio Damascio nos facilita otra versión según la cual Hipatia aconsejó al alumno que orientase esas pasiones a algo verdaderamente provechoso: la música.Hipatia se exigía mucho a sí misma en todo lo relacionado con las virtudes morales, entre las que destacaba la "sofrosine", que era una virtud que todos los filósofos helénicos aspiraban a alcanzar, sobre todo aquellos que privilegiaban el mundo inmaterial y espiritual[36] Egipto era sede de una de las comunidades cristianas más importantes del Imperio, y el Patriarca de Alejandría gozaba del máximo prestigio e influencia, junto a sus colegas de Jerusalén, Antioquía, Constantinopla y Roma.[40] Hipatia evitó participar en la defensa del Serapeo y enfrentarse con Teófilo, cuyo gran enemigo fue el antioqueno Juan Crisóstomo, discípulo del réctor pagano Libanio y patriarca de Constantinopla, quien pretendió someterle a su autoridad.[41] Teófilo obtuvo su gran victoria sobre Crisóstomo en el Sínodo de la Encina, en 403, logrando su deposición y exilio.Además, Egipto acogía una de las mayores y más organizadas comunidades cristianas del Imperio.Llegaron entonces 500 monjes procedentes del desierto de Nitria para proteger a su Patriarca, y provocaron una sedición.[56] Juan de Éfeso decía en la misma época que eran una horda de bárbaros «inspirada por Satán»[57] y el propio Cirilo reprochó a los alejandrinos su carácter levantisco y pendenciero en su homilía pascual del año 419.También se ha llegado a sugerir que la turba estaba enloquecida por los rigores del ayuno de Cuaresma.[60] María Dzielska apunta, sin embargo, que, incluso si el crimen sucedió a sus espaldas, Cirilo debe ser considerado responsable en gran medida, por ser el instigador de la campaña contra la filósofa, como medio de combatir al prefecto imperial y su facción política, contraria a los excesos del Patriarcado.De hecho, tras su asesinato, Hierocles el filósofo inició una nueva ramificación del neoplatonismo ecléctico en la ciudad alejandrina.[64] Tras el cruel asesinato, Orestes informó de los hechos y pidió a Constantinopla que interviniera.La medida fue, sin embargo, rescindida al cabo de dos años, permitiéndose además aumentar su número a 600.[66] Que Cirilo saliera tan bien parado fue posiblemente debido a la influencia de la hermana del Emperador, la augusta Pulqueria, cristiana devota de gran ascendente sobre su hermano, en cuyo nombre gobernaba mientras este se dedicaba a tareas intelectuales.[67] Según todas las fuentes, el asesinato de la filósofa fue un crimen oprobioso para los cristianos y redujo la influencia política del patriarcado alejandrino.Tras la muerte de Hipatia, sus relaciones con la Corte Imperial se suavizaron y la veneración hacia el monje Amonio desapareció, ya que los mismos alejandrinos reconocían que había merecido la muerte por su atentado y no por haber sido obligado a renegar de Cristo.[68] Sin embargo, investigaciones actuales ponen en duda que Hipatia fuese contraria al Cristianismo, e intentan enmarcar su muerte en el cúmulo de tensiones políticas que se vivían en Alejandría por la caída del Imperio Romano.Además, Hipatia destacó por su trabajo como comentarista, estos comentarios permitieron aproximarse al pasado y facilitaron a sus alumnos el aprendizaje[70].[71] Tuvo influencia sobre unas obras griegas muy importantes como: Además, Hipatia llegó a aprender el funcionamiento y la construcción del astrolabio y otros instrumentos útiles para la astronomía, ya que estaba muy interesada en llevar la teoría al ámbito práctico, algo que inculcó a sus alumnos.Se sabe que inventó un destilador, un artefacto para medir el nivel del agua y un hidrómetro graduado para medir la densidad relativa de los líquidos, precursor del actual aerómetro,[79] descrito por Sinesio de Cirene: Sinesio también la defendió como inventora del astrolabio, aunque otros modelos más tempranos precediesen al de Hipatia en al menos un siglo —y su propio padre fue famoso por su tratado sobre ellos.Esta cuestión ha sido retomada por muchos autores, pero despreciada por otros, ya que en realidad Hipatia no era pagana practicante.En el siglo XIV, el historiador bizantino Nicéforo Grégoras describió a la culta y virtuosa emperatriz Eudoxia Makrembolitissa (1021-96), esposa de Constantino X Ducas y Romano IV Diógenes, como «segunda Hipatia».En sus Memoires pour servir à l'histoire ecclésiastique... (1693), el abate jansenista Le Nain de Tillemont exculpaba a Cirilo considerando lo contraproducente que fue este crimen, algo impropio de un político tan astuto como era el Patriarca.Odoardo Tabacchi representaría a una Hipatia muy joven en el momento justo antes de ser asesinada.El escritor británico Charles Kingsley realizó en 1853 una pintoresca novela de ficción titulada Hypatia, or New Foes with an Old Face,[92] que retrató a la erudita, en realidad casi anciana al morir, como una joven «heroína desvalida, pretenciosa y erótica», que encarnaba «el espíritu de Platón y el cuerpo de Afrodita».El prefecto Orestes, un intrigante dipsómano, involucra a la filósofa en sus ambiciones al trono imperial, proponiéndole matrimonio.
Hipatia joven
El patriarca Cirilo de Alejandría en un icono.
Ilustración de
Louis Figuier
en
Vies des savants illustres, depuis l'antiquité jusqu'au dix-neuvième siècle
de 1866, que representa la imaginación del autor de cómo podría haber sido el asalto contra Hipatia.
Carta de
Sinesio
a Hipatia, imagen de la segunda página de la segunda de las dos cartas a Hipatia incluidas en la primera edición impresa de las obras de Sinesio (editada e impresa por
Adrián Turnèbe
en 1553; Institute Archives of the Massachusetts Institute of Technology).