Orestes se enfrentó al Patriarca Cirilo, debido a la intención del eclesiástico de atribuir a su posición prerrogativas seculares.
[1] Ante el rechazo del prefecto, el Patriarca Cirilo se sintió amenazado, y varias facciones conectadas con la Iglesia lo apoyaron.
El Patriarca Cirilo intentó convertir a Amonio en mártir, pero los líderes de Alejandría y el propio emperador, Teodosio II, condenaron el ataque de los monjes contra el representante imperial y Cirilo tuvo que renunciar a sus intenciones.
[2][3] El prefecto Orestes disfrutaba del respaldo político de Hipatia, una filósofa que tenía una considerable autoridad moral y gran influencia en la ciudad de Alejandría.
En el año 415 una turba cristiana, posiblemente dirigida por los monjes de Nitria, atacaron a Hipatia en plena calle, la sacaron de su carruaje y la asesinaron brutalmente, despedazando su cuerpo y quemándolo en el exterior de Alejandría.