El estudio histórico, crítico y sociológico de este hecho se ha convertido en una disciplina académica en sí misma.
Pero cuando, en el siglo XI, se fundaron las primeras universidades, las mujeres quedaron en su mayor parte excluidas de ellas.
Marie Curie, la primera mujer en ser galardonada con un Premio Nobel de Física en 1903, fue también la primera y hasta ahora única persona en obtener dos premios en dos disciplinas científicas, al recoger en 1911 el de química, en ambos casos por su trabajo sobre la radiactividad.
Se le atribuyen varios inventos como el hidrómetro, un astrolabio y un instrumento para la destilación de agua.[3].
Tuvo una actitud tolerante hacia los cristianos y gran influencia en la élite política de Alejandría.
Se cree que en el siglo XI, la médica italiana Trotula de Salerno, ocupó una cátedra en la Escuela Médica Salernitana, donde enseñó a muchas mujeres nobles italianas, un grupo referido en ocasiones como Mulieres Salernitanae o "las señoras de Salerno".
[8] Entre las mujeres que se dedicaron a la ciencia en conventos medievales destaca esta abadesa alemana de la Orden de San Benito, cuyos prolíficos escritos incluyen varias materias científicas, entre ellas la medicina, la botánica y la historia natural.
Así, las mujeres interesadas se vieron obligadas a obtener sus conocimientos de manera informal.
Marie-Anne Pierrette Paulze, conocida como Marie Lavoisier es considerada la madre de la química moderna.
Como aristócrata, la Duquesa de Newcastle es un valioso ejemplo para las mujeres científicas en Francia e Inglaterra.
Se convirtió en su ayudante en el observatorio astronómico que operaba en Berlín para la Academia de las Ciencias.
Algunos científicos usaron la nueva ciencia para extender la idea de que la mujer era por naturaleza inferior al hombre, estaba subordinada a él y le correspondía un rol doméstico como madre cuidadora.
Estos salones eran mayoritariamente dirigidos por mujeres, ya que la casa era tradicionalmente espacio de la mujer, y muchas damas reconocidas emergieron como figuras destacadas tanto por sus dotes de anfitrionas, reuniendo a los ilustrados intelectuales del momento, como por sus propias contribuciones intelectuales a la conversación.
Fue precisamente Rampinelli quien la animó a escribir un libro sobre cálculo diferencial y quien la puso en contacto con Vincenzo Ricatti.
Descubrió ocho cometas entre 1786 y 1797, y presentó el trabajo Index to Flamsteed's Observations of the Fixed Stars (que incluía más de quinientas estrellas desconocidas hasta entonces) a la Royal Society en 1798, convirtiéndose en la primera mujer en presentar ahí un trabajo.
En 1835, ella y Mary Fairfax Somerville fueron las dos primeras mujeres elegidas como miembros por la Royal Astronomical Society.
Esto supuso un hito ya que fue la primera mujer en impartir clases de manera oficial en una universidad europea.
Por su parte, la colombiana Ana Galvis Hotz fue la primera mujer latinoamericana en obtener un título médico en 1877 en la Universidad de Berna en Suiza.
Ella también diseñó una pequeña y portátil cámara con objetivo gran angular con lentes 1,5 pulgadas de diámetro.
Lise Meitner trabajó junto a Otto Hahn, con quien descubrió el protactinio (elemento químico de la tabla periódica) en 1918.
Inge Lehmann, sismóloga danesa, fue la primera persona en sugerir que el Núcleo de la Tierra debía ser sólido en 1936.
Algunas mujeres que trabajaron en el proyecto Manhattan fueron Leona Woods Marshall, Katharine Way y Chien-Shiung Wu.
En julio de 1967, Jocelyn Bell Burnell descubrió la primera radio púlsar por la que en 1974 fue concedido el Premio Nobel en Física a su supervisor, Anthony Hewish.
En 1983, le fue adjudicado el Premio Nobel en Fisiología o Medicina como resultado de estos trabajos.
Linda B. Buck es una neurobióloga que en 2004 fue galardonada con el Premio Nobel en Fisiología o Medicina junto a Richard Axel por su trabajo común en receptores olfativos.
Estos son los índices más bajos entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Más del 40 % de los graduados en ciencias son mujeres en Argentina, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Panamá y Uruguay.
Ha habido una disminución en el número de mujeres graduadas en ingeniería en Argentina, Chile y Honduras.
Esta tendencia se ha observado en todos los sectores de las economías más grandes: Argentina, Brasil, Chile y Colombia.
[34] En el inicio del siglo XXI varias mujeres se han destacado en las neurociencias, neurocientíficas como Gladys Maestre, Sandra Jurado Sánchez, Vicki Anderson, Paula Isabel da Silva Moreira, Amparo Acker-Palmer,Angélique Arvanitaki, Linda Buck, Hanna Damásio, Brigitte Kieffer, Muriel Deutsch Lezak o Julia Guiomar Niso Galán han destacado por sus recientes investigaciones.