[9] En el artículo 3 los Estados firmantes acuerdan tomar "en todas las esferas, y en particular en las esferas política, social, económica o cultural, todas las medidas apropiadas para asegurar el pleno desarrollo de la mujer, con el objetivo de garantizar el derecho y goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre", y en el artículo 7 se establece el derecho de las mujeres a participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de estas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planes gubernamentales.[9] La Cumbre Mujeres al Poder (Atenas, 1992), donde participaron mujeres ministras y exministras europeas, dio como resultado la Declaración de Atenas, el primer documento que planteó la infra-representación de las mujeres como un déficit de democracia y que inauguró la utilización del término «democracia paritaria»:[12] La Unión Europea ha proporcionado un apoyo absoluto desde su incorporación al IV Plan para la Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres (1996-2000).Desde entonces, la Unión Europea ha realizado diferentes llamamientos sobre este tema, entre los más recientes en 2015, en una resolución del Parlamento Europeo del 10 de marzo de 2015, donde se establece lo siguiente: La propuesta de Directiva[13] no logró el consenso necesario entre los Estados miembros para ser aprobada.América Latina y El Caribe afrontan grandes retos para alcanzar la igualdad de género en el ámbito laboral.[17] Por otro lado, las esferas de decisión en el ámbito económico están muy masculinizadas.[18] El techo de cristal se ha definido como aquella barrera o conjunto de barreras invisibles que impiden que las mujeres ocupen posiciones de responsabilidad superado un determinado umbral, tanto en el ámbito político, económico como social (véase también suelo pegajoso").Cómo explican Hinojosa y Piscopo (2013: 78): "Estas reservas funcionan de dos formas: los escaños se designan como exclusivos para mujeres y se asignan proporcionalmente entre los partidos políticos en función de los votos obtenidos por cada partido (como Pakistán y Bangladés), o bien, los distritos electorales se designan como exclusivamente de mujeres y las candidatas compiten entre sí por estos escaños (como Uganda y Marruecos)".[27] Estas cuotas se utilizan en todas las elecciones (europeas, parlamentarias, regionales y municipales).Esto no quiere decir que las cuotas en el ámbito político se apliquen solo en siete países.Finalmente, la tercera generación tiene como objetivo lograr la paridad en los consejos de administración de las grandes empresas, ya sean públicas o privadas.[36][37] Una reforma constitucional también precedió la adopción de cuotas en Bélgica, Portugal y Grecia.Así mismo, el Tribunal Constitucional argumentó que las cuotas no violan la integridad del cuerpo electoral porque los candidatos y candidatas representan todo el electorado y que no discriminan los hombres porque aplican las mismas proporciones para los hombres que para las mujeres.
Un mapa del mundo por participación gubernamental de mujeres, 2010