Género en la ciencia

[16]​ En contraste a esta última, la habilidad espacial, según estudios del 2009, es una de las disparidades principales favorables para el sexo masculino, teniendo aproximadamente ½ superior en la desviación estándar (d=0.57).

[17]​ Sin embargo, en estas mismas pruebas espaciales se ha encontrado que la memoria de locación puede presentar pequeñas diferencias en favor a la mujer o nulas.

[18]​ Existen prejuicios implícitos y explícitos que están relacionados con discrepancias en las construcciones psicológicas.

[19]​ A través de la historia, las mujeres no han estado del todo ausentes en áreas como las matemáticas, ciencias químicas y computacionales.

Entonces, si las instituciones académicas o empresas de la industria química no contratan a mujeres, aunque ellas hayan concluido su carrera en esta disciplina tienen menores oportunidades para sobresalir en ella.

Por ejemplo, Philipa Fawcett (1868–1948) Maria Gaetana Agnesi (1718–1799) , Sophie Germain (1776–1831), Mary Somerville (1780–1872) Vasilyevna Kovaleskaia (1850–1891) Emmy Noether (1882–1935) Caroline Herschel (1750–1848).

Las bases de ciencias más modernas, como las ciencias computacionales, incluso fueron propuestas por mujeres como Augusta Ada Byron (1815–1852) que fue la primera en desarrollar programación conceptual para Charles Babbage’s Analytical Engine y Grace (Brewster Murray) Hopper (1906–1992) que trabajó para la naval en Estados Unidos en el desarrolló del primer BINAC (Binary Automatic Computer).

En el siglo XVIII, apareció la primera enciclopedia dedicada sólo a la historia de las mujeres en las ciencias naturales y la medicina.

En estos primeros estudios, la mayoría del trabajo se enfocó en resaltar a las científicas que habían logrado obtener una posición importante en el mundo masculino.

Actualmente, algunos trabajos biográficos realizados por historiadoras feministas están cambiando la estrategia al incluir a mujeres comunes dedicadas a la ciencia, enfatizando su interés particular por el conocimiento científico y las barreras por las que tienen que pasar para participar en la ciencia.

El cambio en el número de mujeres en la educación superior y la investigación muestra que se han podido vencer algunos de los obstáculos sociales y culturales que durante siglos impidieron su acceso a estas actividades.