También fue distinta a otras conquistas europeas por incorporar, por primera vez en la historia, una legislación para la protección de los pueblos indígenas.
Sin embargo, la definía también como «la destrucción de las Indias»: Algunos historiadores consideran estas afirmaciones tergiversadas y algo exageradas.
Los historiadores John H. Elliot y Francisco Morales Padrón hacen hincapié en el poco aprecio que tenían los conquistadores a su propia vida a la hora de emprender sus campañas militares y la convicción que tenían en el éxito.
Otros pueblos llevaron a cabo suposiciones de que los españoles, como sus caballos, eran inmortales.
Sin embargo, la mayor parte del continente americano se conquistó contando con tan solo 16 arcabuces: 13 que portaban las tropas de Hernán Cortés y 3 que portaban las tropas de Pizarro cuando entró en Cajamarca.
Los soldados españoles sí poseían armas de fuego, pero se encontraban en Europa cobrando un buen sueldo y muy pocos querían dejarlo todo para ir al Nuevo Mundo.
Una vez cargado el arcabuz, encima de la horquilla y listo para disparar los hombres se encomendaban a Santa Bárbara para que la pólvora no estuviese húmeda, cosa habitual en las antiguas pólvoras negras con una gran cantidad de sales en su composición.
[18] Las armas de fuego eran eficaces en las batallas europeas del siglo XVI, donde dos ejércitos compactos se enfrentaban en campo abierto.
Sin embargo tampoco era muy frecuente en los españoles en América, porque aunque esta sí podía ser fabricada por un buen artesano y siempre estaba lista para el primer disparo en las batallas en distancias cortas y en las escaramuzas no se consideraba tan útil.
[20] Sin embargo, los factores que realmente fueron decisivos fueron las espadas, las lanzas, las picas, las hachas, las dagas, los cuchillos, los arcos, las ballestas, la coraza, el perro y el caballo.
Aunque los indígenas no conocían el hierro o el acero tenían una gran habilidad para trabajar la piedra, especialmente el ágata y la obsidiana.
El arma principal de los ejércitos andinos era la honda, realizada con tejidos, con la que arrojaban piedras calentadas hasta el rojo vivo, envueltas en algodón y brea.
Las guerras contra los mapuches, en el actual Chile, costaron 30.000 bajas españolas en el primer siglo de conquista.
Por otro lado el caballo aportaba gran facilidad de maniobra y movimiento para retirarse tras la carga.
[20] La introducción del caballo por parte de los españoles les permitió en algunos casos moverse con rapidez y lanzar rápidos ataques.
[15] Por otra parte las civilizaciones originarias tenían la ventaja numérica, si bien las desuniones y enemistades entre los pueblos indígenas jugaron a favor de los españoles.
Sin embargo, era habitual que los conquistadores españoles realizaran alianzas para formar ejércitos numerosos.
El ejército con el que Hernán Cortés atacó Tenochtitlán estaba integrado por 200.000 soldados,[25] de los cuales menos del 1% eran españoles.
[27] El escritor estadounidense Charles Mann dice que España «no habría vencido al Imperio (azteca) si, mientras Cortés construía las embarcaciones, Tenochtitlán no hubiera sido arrasada por la viruela en la misma pandemia que posteriormente asoló el Tahuantinsuyu.
[30] Dobyns estimó que el 90% de la población del Imperio incaico murió en esas epidemias.
En algunas personas había gangrena en el cuerpo y a las víctimas les salía sangre de las orejas.
En Europa se creó un concepción de los indios como genus angelicum o "pueblo angelical".
En España comenzó a crearse una concepción idealizada y dulce de los indios basada en esta primera impresión.
[16] Por supuesto, nada hacía suponer desde el primer momento las costumbres violentas de esos indios, que también se encontraban en América sumidos en guerras y que llevaban a cabo habitualmente prácticas como el canibalismo.
[cita requerida] De hecho, en 1512 los españoles solamente han podido asentarse en las islas del Caribe debido al belicismo indígena.
[16] Fernando el Católico encarga un estudio teológico y jurídico al dominico Matías de Paz y al jurista Juan López de Palacios, quienes concluyen que es ilícito hacer la guerra a los indios para obligarlos a la conversión pero que esa guerra puede ser justa si los caciques y jefes prohíben la libre conversión de los súbditos o hace falta la guerra para derribar las costumbres inhumanas cuando se negasen a abandonarlas.
Los Países Bajos estableció colonias en Norteamérica (Nueva Ámsterdam, que luego sería Nueva York), el norte de Sudamérica (Guayana neerlandesa, hoy Surinam) y algunos asentamientos en islas caribeñas (Antillas neerlandesas y Aruba).
[42] Por el contrario, los españoles no crearon una sociedad diferenciada por la etnia porque apenas viajaban mujeres a América en los primeros tiempos.
Aunque la realidad más frecuente era mucho más prosaica, porque los conquistadores no buscaban tanto ciudades míticas doradas como la conquista de tierras que pudieran reportarles riquezas: yacimientos mineros, mano de obra, campos... Cristóbal Colón ya logró encontrar oro en La Española y Centroamérica por lo que la existencia de oro era algo constatado.
[51] A partir de finales del siglo XV, los españoles (sobre todo andaluces y extremeños), conscientes de que el mundo ahora era más grande decidían emigrar a un lugar que les proporcionara una gran prosperidad.