Desde la Antigüedad los caballos de la Bética fueron muy apreciados en el circo romano y han tenido gran fama.
En la Edad Media, en la actual Andalucía había tantos caballos que Abderramán I, el año 780, otorgaba seguro y paz a los mozárabes granadinos mediante un pacto, que les obligaba a pagar anualmente 10 000 onzas de oro, 10 000 libras de plata, 10 000 cabezas de los mejores caballos.
Por otro lado fueron renombrados los caballos "guzmanes" o "valenzuelas", que tuvieron su origen en un semental bereber que compró Luis Manrique, de la Orden de Calatrava en Córdoba, a un tal Guzmán.
Esta yeguada decayó irreparablemente durante la Guerra de la Independencia.
Sin embargo su calidad no era comparable con la Yeguada de Córdoba.
Estos dos últimos crearon el caballo lipizzano a partir de caballos andaluces ligeros y la Escuela Española de Equitación en Viena, siguiendo la doma española tradicional.
Los avatares políticos del siglo XIX en España, causaron grandes daños en la cabaña equina nacional.
[11] Terminada la Guerra, en 1814 no regresaron a Córdoba sino que pasaron a la Yeguada de Aranjuez, quedando las caballerizas cordobesas como depósito de sementales.
Además, muchos ganaderos andaluces no habían practicado esos cruces, por lo que fue posible recuperar la pureza original de la raza, cuando en 1893 el Ministerio de Guerra decidió organizó la cría caballar en España, ubicando la yeguada nacional, luego militar, en el palacio de Moratalla, en Hornachuelos y Posadas.
En 1912 Cría Caballar, que dependía del Ejército, abrió en España el primer libro para inscribir los caballos de raza árabe, pura raza inglés y anglo-árabe, decidiendo inscribir a los tradicionalmente llamados caballos andaluces como Pura Raza Española, más tarde abreviado como PRE.
[12] En los años 1920 la yeguada nacional de Moratalla se amplió en Medina Sidonia y luego en Jerez.
Durante la Segunda República la competencia en la cría y el fomento caballar se trasladó al Ministerio de Fomento y posteriormente al Ministerio de Agricultura.
Además se abrieron nuevos depósitos de sementales en Manacor y Hoya Fría (en Tenerife).
En este periodo, en que se impuso definitivamente la locomoción en las labores del campo y en la tracción de vehículos, la raza de caballos andaluces se conservó gracias a algunos ganaderos, andaluces y extremeños fundamentalmente, como son Terry, Bahones, Guerrero, Pallarés, Romero Benítez, Escalera, Miguel-Romero,Miura y Blasco Balbuena, entre otros.
En los últimos tiempos varios caballos andaluces han participado en los Juegos Olímpicos en la modalidad de doma, obteniendo diploma olímpico, bronce individual y plata por equipos en Atlanta 1996, Sídney 2000 y Atenas 2004.
La cría del caballo andaluz se centra en España, aunque existen buenas yeguadas por todo el mundo.
Algunos potros son vendidos al destete y otros permanecen en la yeguada y empiezan a ser domados a los tres años o cuatro cuanto más adulto más preparado está para la preparación de la doma En las yeguadas es frecuente que los machos lleven el nombre de la madre en masculino; por ejemplo, que el hijo de Vinatera se llame Vinatero.
El caballo andaluz, desde su nacimiento muestra lo imponente que es, sus características fenotípicas lo hacen un animal firme, confiable y seguro.
Durante todo el año se realizan concursos morfológicos en que los caballos son juzgados por sexo y edad.
En él tiene lugar la final del Campeonato de España de Pura Raza Español, así como subastas, espectáculos, conferencias, etc que os aprestase mandó, dos caballos, en que vais por la ciudad.