No se le debe confundir con su primo carnal y homónimo Diego López de Haro y Sotomayor, primer marqués de Carpio (1515-1578).
Siguió al frente de las caballerizas de Córdoba hasta su muerte, ocurrida en 1598: el mismo año en que murió «su rey».
Felipe II permaneció muy involucrado en la cría de sus caballos andaluces: escribía a menudo a su caballerizo pidiendo noticias o dándole instrucciones precisas.
En efecto, había logrado seleccionar y depurar la raza de caballo andaluz, que hoy es una de las razas equinas más apreciadas en todo el mundo.
En el cargo le sucedió como caballerizo su hijo Luis Méndez de Haro y Sotomayor, que fue marqués del Carpio por matrimonio, pues casó con su sobrina 3.ª Beatriz de Haro y Sotomayor, nieta del primer marqués y 4.ª poseedora del título.