[5] Hernán Cortés había logrado subyugar al huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, sin embargo el arribo inesperado de la expedición comandada por Pánfilo de Narváez a Veracruz alteró el avance que habían logrado los conquistadores.
Los testimonios indígenas señalan que, tras la autorización de Moctezuma para la realización del ritual, los españoles se aprestaron a las armas.
[7] En un principio, estos quedaron atónitos ante el ataque, una vez repuestos se organizaron para responder al ataque de los españoles y sus aliados tlaxcaltecas, quienes no tuvieron más remedio que refugiarse en el palacio de Axayácatl.
[8] Este episodio se conoce como matanza de Tóxcatl o del Templo Mayor.
Lograron cruzar los canales de Tecpantzinco, Tzapotlan y Atenchicalco, pero la sigilosa marcha fue descubierta cuando llegaron a Mixcoatechialtitlan,[13] lugar en donde comenzó la batalla.
[20] Pasaron la noche en Acueco, al emprender la marcha en la madrugada del día siguiente, los mexicas los iban acosando dando gritos de guerra a lo lejos.
Una vez que desquitaron su ira destruyendo este pueblo, cruzaron los llanos de Atizapán y subieron a Teocalhueyacan.
[21] Tras confrontar nuevamente a sus perseguidores, continuaron su camino a Cuautitlán y Tepotzotlán, por los lomeríos del poniente del valle de México, para rodear la zona lacustre por el lado norte y después dirigirse hacia el oriente rumbo al territorio amigo de Tlaxcala.
Según Pablo Martín Gómez, hablando de los efectivos totales que podían movilizar los aztecas:
De esta cifra es necesario descontar las bajas ya sufridas, las deserciones de pueblos vasallos, los contingentes ocupados en otras tareas (como asediar a los españoles que se habían rezagado en la capital) y los que por cualquier motivo estaban demasiado lejos, en diversos puntos del imperio azteca.
[44] Sin embargo todos los demás historiadores y cronistas dan cifras mucho más bajas, de un millar o menos.
Los españoles y sus aliados rompieron varias veces el cerco azteca causando bajas a los adversarios.
Los mexicas reemplazaban en el acto las bajas con nuevas tropas y volvían a cargar contra los españoles.
Por sus aliados tlaxcaltecas supo que matar al cihuacóatl y obtener su estandarte real decidía batallas entre los mesoamericanos, así que propuso realizar una carga de caballería para romper el cerco y llegar al cerro donde se encontraba Matlatzincatzin, el jefe militar de los mexicas.
[49] Tras invocar a Santiago —según cronistas como Díaz del Castillo—, los jinetes españoles se abrieron paso entre sus contricantes.
El ejército mexica rompió filas al no tener un mando y comenzó la retirada.
[50][51] Los españoles y tlaxcaltecas pudieron replegarse en dirección a Tlaxcala sin ser perseguidos más.
Fueron recibidos por el tecuhtli de Xaltelolco, Citlalpopoca, quien les proporcionó víveres y alimento así como pastura para los caballos.
Continuaron su camino a Hueyotlipan, en donde fueron alcanzados por Maxixcatzin y Huehue Xicohténcatl, quienes los recibieron calurosamente.
[36] Días después el emperador Cuitláhuac envió seis emisarios a los tlaxcaltecas proponiéndoles la paz a cambio de la entrega de Cortés y sus hombres, pero estos rechazaron su idea y en su lugar acordaron una nueva alianza con los españoles para reconquistar Tenochtitlan.
Según el historiador mexicano Juan Miralles: "Otumba vino a significar una batalla de unas repercusiones políticas inmensas.