Reino de Pamplona

La dinastía Arista-Íñiga, configuradora del nuevo espacio político pamplonés, terminó con Fortún Garcés (870-905) quien, según la tradición, abdicó y se retiró al monasterio de Leyre.

Fue continuada por la dinastía Jimena, que comenzó con Sancho Garcés I de Pamplona (905-925), primer rey documentalmente constatado,[a]​ y cuyo autoridad territorial, junto a la detentada por otros señores y tenentes, se denomina propiamente como reino de Pamplona.

Sancho Garcés II y García Sánchez II el Temblón se vieron obligados a capitular ante Almanzor y a pagar tributos al califato de Córdoba.

La evidencia indica que esa alianza entre dos mundos enfrentados —el agro vascón y la ciudad hispanogoda— fue posible por la necesidad de sumar fuerzas frente a un poderoso enemigo común: Al-Ándalus.

Mientras, Álava entró en la órbita de la monarquía asturiana cuando el príncipe Fruela I venció a los rebeldes vascones, capturó a la que sería su futura esposa, Munia y convirtió este territorio en el baluarte oriental de la monarquía asturiana y manteniendo la descripción de vascones para sus habitantes.

Debía tributar al emir de Córdoba, pero mantenía su propio gobierno y la religión cristiana.

[12]​ El territorio era de unos 5000 km² entre las cumbres del Pirineo occidental y los límites que daban las sierras exteriores.

La respuesta del emir cordobés Abderramán III fue inmediata y realizó dos expediciones con la victoria en la batalla de Valdejunquera.

Se establecieron lazos matrimoniales con el reino de León, ya que la reina Toda casó a su hija Onneca con el rey Alfonso IV (924-931) y luego a Urraca con Ramiro II.

Sin embargo, este matrimonio fue disuelto por parentesco (primos hermanos), aunque Andregoto siguió ostentando el título de reina.

[27]​ En 1017 apoyó a su tía la condesa Mayor de Ribagorza en litigios con su antiguo marido el conde de Pallars, que le aseguró los dominios y se expandió hacia la Ribagorza.

Sancho III realizó un arbitraje casando a su hermana Urraca con Alfonso V (1023).

En 1029 fue asesinado el García Sánchez, conde de Castilla y hermano de Muniadona, por lo que Muniadona se hizo depositaria del condado castellano que sería gobernada por su esposo Sancho III.

Así una hija de Sancho III, Jimena, se casó con el nuevo rey leonés, mientras que la hermana de este, Sancha Alfónsez se casó con Fernando Sánchez, segundo hijo de Sancho III y el que tenía encomendado el condado castellano.

[30]​ José María Lacarra escribía esto sobre esta teoría: Algunos autores defienden que, a la muerte del duque Sancho Guillermo, duque de Vasconia, el 4 de octubre de 1032, extendió su autoridad sobre la antigua Vasconia ultrapirenaica comprendida entre el Pirineo y el Garona, como comenzó a ser mencionado en sus documentos.

[32]​ Otros autores, como José María Lacarra, Gonzalo Martínez Díez o Armando Besga opinan lo contrario[9]​ Se puede decir que Sancho III realizó el primer Imperio Hispánico[cita requerida] y fue denominado Rex Ibericus y Rex Navarrae Hispaniarum.

A su muerte en 1035 el reino de Pamplona había alcanzado su máxima extensión.

La muerte precoz y poco aclarada de Gonzalo hizo que los territorios correspondientes pasaran a Ramiro.

[33]​[34]​[35]​ La política exterior del reino de Pamplona con García Sánchez III (1035-1054) estuvo marcada por la relación con sus hermanos.

La alianza entre ellos, y con Ramón Berenguer I, fue eficaz para presionar a la taifa de Zaragoza.

Tras la toma de Calahorra en 1044, la frontera pasó a un periodo pacífico en las que se iniciaron relaciones comerciales con la dividida taifa.

Sin embargo, el pamplonés probablemente interpretó que esos territorios habían pasado a ser una extensión de su reino, colocando a distintos tenentes de su círculo nobiliario, desplazando a los locales que tenían intereses relacionados con Fernando I, además de realizar otras medidas políticas.

A la muerte de Sancho Ramírez, paso el reino a Pedro I (1094-1104) que siguió con la presión al islam, tomando el Somontano, en cuanto al territorio aragonés, y en cuanto al pamplonés mantuvo el acoso a Tudela con la toma de Sádaba (1096) y de Milagro (1098).

Alfonso I había designado a Fortún Garcés Cajal para retener dicha plaza en 1112, que la mantuvo hasta 1134.

Cuando murió Diego López I, su hijo, Lope Díaz, en 1126 reconoció al nuevo rey de Castilla, Alfonso VII, que estaba reivindicando los territorios vascos y la Rioja.

[49]​ Asedió Bayona, que estaba en manos de Inglaterra, en los años 1130-1131 sin llegar a tomarla.

La muerte sin hijos legítimos y con un testamento que dejaba a las órdenes militares los dos reinos, era algo imposible de cumplir tanto por la nobleza aragonesa como por la pamplonesa.

[47]​ En Aragón se coronó a Ramiro II, un hermano de Alfonso el Batallador, mientras que en el territorio pamplonés la nobleza optó por García IV Ramírez (1134-1150), vástago de la dinastía Jimena.

Pasaje de la Crónica Albeldense en el Códice Vigilano (RBME d-I-2, fol. 242v) referente al surgimiento del reino de Pamplona («surrexit in Pampilona») e informando de la muerte de Sancho Garcés I en 926 (al margen, « Obiit Sancio Garseanis era DCCCCLXIIII »)
Reparto del Reino de Pamplona tras la muerte de Sancho IV el de Peñalén. en 1076 Zona ocupada por Alfonso VI de León Zona ocupada por Sancho Ramírez de Aragón Condado de Navarra , tenido por el monarca aragonés en homenaje al castellano