Batalla de Atapuerca

La Crónica Silense, escrita unas décadas más tarde, relatan que el rey García enemistó a su hermano Fernando cuando este le visitó en Nájera durante su enfermedad.

[1]​ Cuando García pudo escapar, declaró guerra contra León y rechazó ya todas las embajadas oficiales.

Sin embargo la autoría de la Compostelana tenía obvios intereses Fernandinos.

A la muerte de su rey, los navarros guardaron campo durante la noche y vigilia para llevarle en procesión fúnebre al panteón recientemente edificado por él mismo en Nájera.

Fernando I se anexionó la comarca para su reino, que era en ese momento territorio pamplonés.

Aducimos íntegro el párrafo para refutarle y hacer constar que la tradición local, repite que a la entrada del templo se hallan enterradas las entrañas de dicho infortunado soberano bajo una gran losa; pero ésta ya no existe, y debió desaparecer al renovar el pavimento en el siglo XIX, según allí se cree.

La noche anterior a la contienda tiene lugar en la localidad de Atapuerca el recibimiento al rey Fernando I, un concierto y la entrega del Premio Nacional Batalla de Atapuerca.

Representación histórica de la batalla de Atapuerca