Paulatinamente se iría intensificando el azul de la franja situada junto al asta, así como el rojo de las cuatro barras, y los bordados dorados empezarían a ser «vistos» como una corona.
[8][9][10][11] Esta identidad «regional», que no sólo no entraba en contradicción con la identidad nacional española sino que la reforzaba («Para ofrendar nuevas glorias a España», decía el primer verso del himno de la exposición regional de 1909), fue asumida por amplios sectores sociales hasta convertirse en hegemónica, sobre todo en la provincia de Valencia (las identidades «provinciales» de Castellón y especialmente de Alicante entraron en colisión con ella), gracias a que las fuerzas políticas valencianas mayoritarias, conservadoras y republicanas (el blasquismo), no solo asumieron su discurso identitario y simbólico, aunque desde posiciones contrapuestas, sino que también contribuyeron a él.
En la edición impresa del discurso (De regionalisme i valentinicultura) aparece la señera con franja azul.
[13] Según Ferran Esquilache y Vicent Baydal, «la Señera Coronada fue considerada por estos grupos [nacionalistas valencianos] como una bandera nacional del País Valenciano», y la escogieron porque «el incipiente movimiento valencianista estuvo en sus inicios muy circunscrito a la ciudad de Valencia y a las comarcas más cercanas» aunque poco a poco iría extendiéndose a Castellón y a Alicante, siendo aceptada, según estos historiadores, para diferenciarse del nacionalismo catalán que había adoptado la antigua Señera Real como bandera de Cataluña.
No obstante, Esquilache y Baydal advierten «que la Señera Coronada y la Senyera Real convivieron siempre con total naturalidad por todo el país, ya que la bandera del valencianismo no era antitética a los tradicionales símbolos de los reyes de Aragón, presentes sobradamente por todos los territorios de la Corona».
Su fundador Vicent Tomàs i Martí organizó cuatro aplecs en Betxí (entre 1920 y 1923) en los que los participantes no llevaban otra bandera que las de los «cuatro palos rojos sobre campo de oro».
[28][29] «Así, por ejemplo, en 1943, se reemprendieron las celebraciones anuales del 9 de octubre, de nuevo con la Señera Coronada, pero ahora la comparsa del desfile estaba compuesta por grupos falleros y elementos folclóricos», han señalado Ferran Esquilache y Vicent Baydal.
[30][25] En 1964 se fundaba en la clandestinidad el Partit Socialista Valencià (PSV), en un intento de unir la reivindicación democrática y la «nacional» valenciana, y casi al mismo tiempo la democristiana Unió Democràtica del País Valencià.
En julio del mismo año tuvo lugar otra, autorizada por el nuevo gobierno de Adolfo Suárez, en la que la bandera predominante fue la cuatribarrada.
Aunque en las primeras elecciones democráticas desde 1936 celebradas en junio de 1977 los partidos nacionalistas (Unió Democràtica del País Valencià (UDPV) y el Partit Socialista del País Valencià (PSPV)) no consiguieron representación parlamentaria, la reivindicación del Estatuto de Autonomía se mantuvo (el PSPV, se integró en el PSOE, dando nacimiento al Partit Socialista del País Valencià-PSOE, y la UDPV, hizo lo propio con la UCD), como se pudo comprobar en la gran manifestación que tuvo lugar en Valencia el 9 de octubre de 1977, en la que convivieron sin que se produjera ningún conflicto las señeras cuatribarradas con las señeras con franja azul.
[34] En una entrevista concedida al diario El Mundo en 2010 el fundador del GAV y concejal entonces por UCD Rafael Orellano relató como ideó la forma de prenderle fuego, de lo que se enorgullecía.
Lo justificó diciendo que «los catalanes con la ayuda de los socialistas querían romper España».
[4] Por su parte Pau Viciano recordaba en 2008 que la bandera con franja azul «fue impuesta durante la transición política —de manera excluyente e incluso violenta— por el regionalismo anticatalanista».
[44] En una intervención en las Cortes valencianas la diputada por la coalición Compromís pel País Valencià Mireia Mollà reivindicaba la bandera cuatribarrada como la propia de los valencianos y recordaba la frase del cantautor Ovidi Montllor (fallecido en 1995): «Tinc senyera on blau no hi ha.
I ho faig a la manera de València» ['Tengo señera donde azul no hay.
[51] En 2006 Ferran Esquilache y Vicent Baydal calificaron la tesis de Orts como «una conjetura que ha hecho fortuna como verdadera entre algunos sectores nacionalistas» y volvieron a defender el origen medieval de la señera coronada, aunque retrasando su nacimiento a mediados del siglo XV.
«Un dato como este no habría dejado de ser anotado» por ellos, argumentaba.
Para reforzar su argumento de que el privilegio del Ceremonioso se refería al escudo y no a la bandera cita los siguientes versos de Jaume Roig en el Spill escrito hacia 1460 (la cursiva es de Orts): «...com molt l'amàs, / sola portàs / en sa bandera, / penó, senyera, / altres senyals: /armes reials / soles pintades / no gens mesclades / ab lo passat, / lo camp daurat, / vermells bastons / sobre'ls cantons / d'or coronat».
[64] Por su parte, Ferran Esquilache y Vicent Baydal también advierten que el privilegio de 1377 se refiere únicamente al escudo de la ciudad, y afirman «que no se conoce ningún documento del siglo XIV que hable de la corona añadida a la Señera».
Sin embargo, dejan abierta la posibilidad de que fuera llevada a la bandera («en cualquier caso, no podemos saber si la corona se añadió ya a la Señera o no»).
Sin embargo, eso no quiere decir que, en aquel momento, se hubiese adoptado la misma solución para incluir la corona en la bandera de tela que la ciudad tenía como señera propia».
[80] Los historiadores que, como Ferran Esquilache y Vicent Baydal, sostienen la tesis de un origen muy anterior (siglos XV o XVI), argumentan que es lógico que no aparezca la señera coronada ya que las banderas cuatribarradas del Palau de la Generalitat representan al conjunto del braç real (es decir, a todas las villas y ciudades bajo la jurisdicción directa del monarca, no solo a la ciudad de Valencia), cuyo emblema era el Ángel Custodio sosteniendo la bandera del rey.
[82] No sucedió lo mismo con el escudo de la ciudad —el poligonal con las cuatro barras y la corona— que fue respetado e incluso entró a formar parte de los nuevos pendones y banderas borbónicas.
[85] La bandera de la ciudad solo se sacó a la calle una vez en todo el siglo XVIII.
Junto al asta llevaba un añadido azul pálido con bordados dorados (que solo mucho después fueron identificados como una corona; ni Teodor Llorente en 1889 ni Eduard Martínez Ferrando en 1919 "vieron" la corona cuando describieron la bandera),[92] lo que, según Pere Maria Orts y Pau Viciano, suponía introducir un elemento nuevo en la tradicional bandera de la ciudad que había sido hasta entonces, según estos dos historiadores, la de «cuatro palos de gules sobre campo de oro».
Así pues, Orts y Viciano sostienen que la señera con franja azul coronada no tendría un origen medieval sino relativamente reciente: la segunda mitad del siglo XIX.
[93][94] Según Viciano, «sería ya bien entrado el siglo XX, en el contexto de la aparición de un verdadero movimiento valencianista, con contradicciones iternas y más o menos enfrentado con el españolismo, cuando se haría una lectura "particularista" del aumento azul de la señera y volvería a reivindicarse la corona.
Nacía así la señera "tricolor" o "coronada", asumida como propia por algunos sectores valencianistas pero también rechazada por otros, seguramente más consecuentes».
Su uso es común en formularios, carteles, indicadores, y demás representaciones visuales que hagan complicado mostrar la señera en toda su complejidad lineal.
Se representa sin franja roja vertical, debido a que esta forma parte también de la corona.