Esta leyenda sitúa el origen del Señal Real en la persona del conde de Barcelona Wifredo el Velloso (Guifré el Pilós, en catalán), y más concretamente, narra que el señal de los cuatro palos fue creado después de una batalla contra los normandos, cuando el rey de los francos Carlos el Calvo —o según la versión de Beuter Luis el Piadoso— en agradecimiento por sus servicios en la guerra mojó su mano en la sangre de las heridas de Wifredo y pasando los cuatro dedos por encima del escudo dorado del conde le dijo: «Estas serán vuestras armas, conde».
Si bien no puede ser dicho, con absoluta seguridad, que Beuter fuera el creador de la leyenda, parece claro que el recurso de los «cuadernos de mano», o bien remite a una fuente anterior, o bien fue un subterfugio para evitar cualquier crítica posterior.
Según De Riquer, Beuter habría copiado incluso algunas expresiones del mencionado pasaje.
Poemas sobre las barras de sangre y ensalzando la figura del conde Guifré el Pilós se presentaron a los Jocs Florals, como el que compuso Josep Coloreu, que no por casualidad había bautizado a su hijo con el nombre de Wifredo.
Esto es lo que le respondió Wifredo al rey después de crear su nuevo escudo:[4]