Sitio de Valencia (siglo XIII)

La documentación y la Crónica nos dan una idea de como actuó Jaime I en los meses previos a la conquista.

Desde Teruel se desplazó al Puig pasando por Sagunto, permaneció unos 3 meses regresando a sus dominios para conseguir más fuerzas, Burriana, Tortosa, Tarragona, Lérida y Huesca regresando desde allí pasando por Daroca, Teruel y Sarrión.

Estando en el Puig recibió Jaime I a un mensajero del rey Zayyan para ofrecerle firmar un pacto de paz a cambio de entregarle los castillos que estaban entre el río Guadalaviar, Tortosa y Teruel, un palacio en la Zaydia (Valencia extramuros) y diez mil besantes de renta, a lo que el rey no accedió.

Con estos pocos combatientes, Jaime I se dispuso a sitiar Valencia.

Estas fortalezas, torres o pequeños castillos formaban parte del sistema defensivo de Valencia y cuando tropas hostiles se acercaban, la ciudad era avisada rápidamente por señales de humo.

Mientras el rey se encontraba en tierras aragonesas, se enteró el rey moro Zayyan de la ausencia del monarca y decidió presentar batalla, tratando de evitar el hostigamiento cristiano.

[3]​ Cruzó el rey el Guadalaviar, nombre que recibía el Turia, por la marjal del Grao con las pocas tropas que disponía, acampando con sus tiendas y desplegando sus banderas en unas alquerías que había a mitad de camino entre Valencia y el Grao, según los datos, bien podría ser donde se ubica actualmente la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Allí decidieron esperan que se les fueran sumando más caballeros.

Al siguiente día, los Almogávares fueron a tomar Ruzafa, capturando a los sarracenos que había, es en Ruzafa donde el rey instalará el cuartel general gracias a la situación estratégica del lugar que permitía controlar la salida de tropas sarracenas de la ciudad, pues las puertas más próximas, Boatella y Xerea estaban bastante distantes entre sí y permitían disponer del tiempo necesario para organizarse.

La noticia fue mal recibida en las filas cristianas, pues interesaba entrar al asalto para poder conseguir botín.

Cuentan las crónicas que cuando eso sucedió, el rey bajó del caballo y llorando besó la tierra.

Jaime I.
Imagen de Jaime I con los colores del rey de Aragón. San Jorge, en segundo plano, ostenta la Cruz de San Jorge, emblema de la caballería.
Mosaico que recuerda el lugar donde se instaló el real para la conquista de la ciudad, en el actual barrio de Ruzafa.