[4] En aquel momento el rey, «que todavía no tenía un proyecto definido y aún menos la voluntad de crear un nuevo reino»,[4] había cedido la iniciativa a los nobles y a las milicias comunales del reino de Aragón, a los que había concedido la propiedad de todos los castillos y villas que pudieran ocupar en territorio musulmán.Treinta y dos años después, Jaume II, nieto de Jaume I, aprovechó la crisis dinástica que se vivía en Castilla tras la muerte de Alfonso X el Sabio y entró en el reino de Murcia tomando en pocos meses Alacant, Elx, Oriola, Murcia y Cartagena.Un nuevo acuerdo firmado en Elx al año siguiente cedía Cartagena a Castilla y establecía definitivamente en Guardamar el límite meridional del reino de Valencia.[19] «En estas tierras meridionales, el protagonismo de la corona era ya absoluto, libre de injerencias nobiliarias, y toda la estrategia colonizadora , basada más en criterios militares que agrícolas, se orientaba a la consolidación y articulación del territorio conquistado.[27][28] Durante un tiempo se sostuvo que los colonizadores procedentes de Cataluña se habrían establecido en la costa y los de Aragón en el interior, aportando como prueba la división lingüística posterior entre las comarcas valencianoparlantes litorales y las castellanoparlantes interiores.[30] Su investigación la publicó en 1999 en el libro en dos volúmenes titulado Els fundadors del Regne de València, en el que, como explicó en un artículo posterior, se recoge «sistemáticamente el testimonio individual del nombre y apellido de miles y miles de colonos que emigraron a estas tierras valencianas durante los siglos XIII y XIV.Esto puede mostrar "el origen humano" de cada grupo mediante una cuantificación objetiva.Los resultados revierten totalmente la visión recibida sobre los orígenes y la identidad de la comunidad valenciana medieval», argumenta Burns.Para seguir sosteniendo esta tesis Xaverio Ballester llega a cuestionar que las tierras valencianas fueran repobladas por gentes venidas de Aragón y de Cataluña, lo considera una mera «hipótesis» —que denomina «hipótesis repoblacionista» o «aloctonista»—, a la que opone su teoría «autoctonista»—, con lo que rompe con el consenso alcanzado por los lingüistas y los historiadores del periodo de todas las tendencias y procedencias, como ha señalado Guillermo Tomás Faci en la reseña del libro publicada en la Revista de Historia Jerónimo Zurita en 2022.Ese presupuesto resulta, cuanto menos discutible: a día de hoy, la primera es una teoría bien argumentada que se asienta sobre los trabajos de lingüistas (Ramón Menéndez Pidal, Antoni Maria Alcover, Manuel Sanchis Guarner, Emili Casanova…) e historiadores (Robert I. Burns, Pierre Guichard, Josep Torró, Enric Guinot…) de todas las tendencias y procedencias, concordante con lo que sucede en el resto de la Península Ibérica (aunque él diga lo contrario, pp.[36] Faci concluye que «la arremetida [contra la obra de Guinot], lejos de plantear una posible relectura rigurosa de los abundantísimos materiales que aporta Els fundadors, se mueve entre la obviedad, el dislate metodológico, la ignorancia y, lo que es más grave, la deshonestidad, elemento este último que –a mi juicio– pone en cuestión el valor científico del libro, y obliga a interrogarse de nuevo por sus motivaciones reales».[48] En su estudio del listado de vecinos de la ciudad de Valencia Rubio Vela y Rodrigo Lizondo señalaban que los nombres que más se repetían eran seis (Pere, con 510 menciones; Bernat, 315; Guillem, 287; Joan, 259; Domingo, 245; y Jacme, 223) en lo que coincidían casi completamente con las relaciones de nombres más usados durante la misma época en Barcelona (Pere, Bernat, Guillem, Francesc, Jacme, Berenguer y Joan) y en Mallorca (Pere, Bernat, Guillem, Jacme, Berenguer, Bartomeu y Arnau), así como con las de otras localidades del reino de Valencia como Castelló de la Plana (Pere, Domingo, Guillamó o Guillem, Bernat, Joan, Jacme y Berenguer) o Alzira (Pere, Joan, Bernat, Jacme, Guillem, Antoni y Domingo).Se trataba de unos porcentajes que a grandes rasgos coincidían con los que aportó dos años más tarde Enric Guinot en su estudio de la antroponia del conjunto del reino.Era la pregunta que nos hacíamos en la introducción: cuándo debemos considerar a dicha pequeña nobleza radicada tan solo ya en Valencia como los "nuevos valencianos"... pero eso deberá ser ya objeto de otro trabajo».
Pintura mural del
castillo de Alcañiz
que representa la entrada de Jaume I en Valencia.
Repoblación del Reino de Valencia entre 1238 y 1425, según
Enric Guinot
. En rojo, mayoría de catalanes. En azul, mayoría de pobladores de otras procedencias, sobre todo aragoneses. En blanco, sin datos. Aparece la línea divisoria lingüística actual entre las comarcas valencianoparlantes y las castellanoparlantes.
Detalle de la
Puerta de la Almoina
de la
catedral de Valencia
—que presenta una gran similitud con la Puerta de los Fillols ['ahijados'] de la
Seo Vieja de Lleida
— en la que aparecen dos cabezas con la inscripción: «Bertra(n) am(b) Na Ber(en)g(ue)la sa mull(er)». Se cree que la mujer sería una de las trescientas doncellas que según la leyenda habría traído Jaime I desde Lleida para casarlas con los guerreros que habían luchado junto a él en la conquista de Valencia.