Retablo del Centenar de la Ploma

Apareció en París en 1864, donde fue adquirido por el museo Victoria y Alberto de Londres; desde entonces, el retablo permanece en esta pinacoteca.

En 2019, la predela viajó a Valencia para su restauración y la Generalidad Valenciana mostró interés en recuperar el conjunto.

[3]​ Este estilo surgió paralelamente en varias ciudades de Europa, como Aviñón, Dijon, París o Praga.

De esta forma, el gótico internacional se caracteriza por sus obras elegantes, estilizadas, con imágenes idealizadas y que denotan lujo en sus detalles.

[3]​ En definitiva, Valencia se convirtió en una de las capitales del gótico internacional gracias a que en sus calles convivían artistas sajones, holandeses, florentinos, pisanos, sieneses o chipriotas, además de maestros catalanes, aragoneses, mallorquines y los propios valencianos.

[1]​ Este interés se debe al creciente atractivo en la segunda mitad del siglo XIX hacia el arte gótico y aquello que conectaba a los orígenes de la Europa cristiana.

[2]​ En la tabla central está retratada la batalla del Puig, la contienda que sentenció la conquista de Valencia.

Estas confirman que Jaime I y sus tropas controlaban el castillo del Puig, una posición estratégica respecto a las entradas de la ciudad.

La batalla comenzó con minoría aragonesa, pero tras la colina del Puig comenzaron a sonar trompetas y aparecieron enseñas y el pendón real, que indicaban la llegada de nuevos caballeros junto a Jaime I.

[11]​ El retablo representa esta escena en específico, cuando según Bernat Desclot apareció san Jorge, determinando la victoria aragonesa.

[12]​ La composición es diagonal, dominada por las figuras del rey y el santo junto a sus sendos caballos.

En contrapunto a los musulmanes derrotados, en la esquina superior izquierda se aprecia la estrategia que ideó Bernat Guillem de Entença, con las banderas enarboladas en el horizonte.

La composición queda marcada por el propio santo y su corcel blanco, así como su armadura que originalmente era plateada.

Esta característica es habitual de la pintura medieval valenciana y le daba mayor suntuosidad al retablo.

[7]​ La parte superior muestra a la Virgen de la Leche acompañada por ángeles cantan alabanzas y tocan instrumentos.

Cristo y la paloma del Espíritu Santo están coronando a la Virgen, una iconografía poco habitual en la pintura valenciana.

El retablo muestra la entrega de doncellas y niños a la criatura, así como el día en que la elegida fue la hija del rey y cómo se presentó el patrón para salvar a la princesa.

Siendo ya un caballero y ataviado con el hábito cristiano, san Jorge denuncia al gobernador romano la adoración de falsos ídolos.

En la predela se retrata la pasión de Jesús en diez escenas, faltando la parte central que pudo ser un tabernáculo.

La restauración de la predela en 2019 en el museo de Bellas Artes de Valencia .
Escena de la batalla del Puig .
San Jorge, luchando contra el dragón, en la tabla central.
Detalle de la crucifixión de san Jorge.