[5] Conserva, asimismo, un amplio patrimonio natural, ya que la mitad de su término municipal corresponde a masa forestal,[6] incluyendo varios árboles monumentales.
El relieve presenta, por tanto, tres unidades morfológicas claramente diferenciadas: la cañada o vega del río Vinalopó, el piedemonte que va desde esta vega hasta las faldas de las sierras y las sierras propiamente dichas.
[3] Localidades Limítrofes El clima predominante es mediterráneo con trazos continentales, temperaturas no muy calurosas en verano e inviernos fríos; se pueden observar varias nevadas al año, recogiendo hasta 30 cm en años excepcionales.
Tras la Edad del Bronce, se constata la caída demográfica común a toda el área durante este periodo.
En 1280, Pedro III de Aragón confirmaba las heredades repartidas a la población cristiana en un documento que se ha juzgado como una verdadera Carta Puebla del lugar.
Su función fronteriza como plaza fuerte y aduanera le valió la leyenda Claudo et Aperio Regnum (cierro y abro el reino) que aparece en su escudo,[3] junto a las dos llaves cruzadas, portadoras de la misma simbología.
Durante las Germanías Biar tuvo un papel destacado como villa revolucionaria, lo que le valió una multa de 1660 libras.
A su victoria, el primero le otorgó los títulos de "muy noble, leal y siempre fidelísima".
Biar está gobernada por una corporación local formada por concejales elegidos cada cuatro años por sufragio universal que a su vez eligen un alcalde.
[20] Paralela a la última evolución económica se produjo una mayor organización de los grupos sociales menos favorecidos por ella.
Durante la Segunda República la FNTT, el sindicato socialista del campo, contaba con una organización (Obrers Agrícoles).
La economía es hoy día eminentemente industrial, aunque conserva la elaboración de artesanía cerámica, famosa por sus barnizados.
Así pues, se configuró un urbanismo marcado por calles estrechas y con gran desnivel, que, con un trazado radial, ascienden hacia el castillo.