Señal Real de Aragón

Con evidencias constatables a partir de fines del siglo XV d. C., su atribución fue reivindicada por las varias entidades territoriales ibéricas que conformaban la Corona de Aragón, acentuándose las controversias en este campo en el siglo XIX d. C. y XX d. C..[2]​ Los reyes de Aragón usarán el giro «nuestro señal real».[9]​ También se conocerá popularmente como «barras de Aragón» —o (en su forma de bandera) como la «cuatribarrada»— aunque en heráldica se emplea el vocablo «barra» para referirse a una franja diagonal, mientras que palo es el término técnico heráldico que alude a una franja vertical.Solo a fines del siglo XIV d. C. y en círculos cultivados, comienza a utilizarse el tecnicismo «palos», usual en la heráldica francesa, y que se documenta para el emblema real a partir de 1382 en una descripción armera de Bernat de So y prolonga su uso durante el siglo XV d. C., testimoniándose en el Cancionero de Pedro Marcuello.[3]​ Su origen, descrito en algunas leyendas, es explicado en diferentes teorías, algunas contradictorias y todavía objeto de controversia.[19]​ La representación del emblema hasta las disposiciones de Pedro IV el Ceremonioso fue muy inestable.Hasta la segunda mitad del siglo XIV d. C. era común blasonarlo como un palado sin distinción entre el campo y las piezas, con lo que a menudo el número de estas era par y, por tanto, asimétrico según las convenciones heráldicas que fueron fijadas posteriormente.[25]​ Por su parte, se especuló también con que Juan II (1458-1479) incluye seis palos dado que el monarca tuvo bajo su cetro a Navarra, Aragón, Sicilia, Valencia, Mallorca y los condados de Barcelona, Urgel y Rosellón, equivalentes ya al Principado de Cataluña.En esta bandera las listas aparecen en disposición horizontal (frente a los guiones apreciables en las pinturas murales del castillo de Alcañiz, que disponen las franjas en vertical), a la vez que en el escudo y gualdrapas se disponen verticalmente.[34]​ Faustino Menéndez Pidal también considera que esa explicación es insostenible[35]​ y apunta como más verosímil que la coincidencia de colores fuese en sentido contrario, habiendo sido estos adoptados por el papado tras dicha visita del rey Pedro el Católico, tal como se indica en la crónica Gesta comitum barchinonensium.Y sostienen que la pintura no habría podido conservarse a la intemperie en su emplazamiento original durante tres siglos.Según este relato, Wifredo, tras contribuir en combate a una victoria franca sobre los normandos, recibió del emperador franco Luis el Piadoso un escudo amarillo en premio sobre el cual, el mismo rey pintó, con los dedos manchados de sangre de las heridas del conde, los cuatro palos rojos.[57]​ El heraldista Armand de Fluvià también señala[61]​ que dicha acción bélica es «pura invención» y que la concesión de armas al conde Wifredo «no resiste ningún análisis histórico dado que la heráldica todavía no existía en el siglo IX d. C.», concluyendo que con anterioridad a Beuter «no se halla ningún rastro de esta leyenda en la historiografía catalana».Generalmente, como otras miniaturas europeas, refieren al emperador tres flores de lis aunque está demostrado que nunca usó, pues fue anterior a los usos heráldicos.Del mismo modo, otros historiadores invalidan la presencia de los palos en el escudo de Wifredo, ya que concluyen que se debe a que la crónica fue hecha en el taller de Pedro IV en la segunda mitad del siglo XIV d. C., por lo tanto, no coetáneo.[44]​ Montaner Frutos atribuye la confusión sobre el origen condal al estudio que la Renaixença hizo en el siglo XIX d. C. de estos símbolos[67]​ utilizando historiografía del siglo XVI d. C. y apoyada en la creencia de que Pedro IV tenía conocimientos heráldicos rigurosos en siglo XIV d. C..
Señal Real de Aragón.
El Señal Real en el Libro del conocimiento (h. 1385), que muestra un escudo de oro palado de gules referido en el texto: «Partí [...] e fui al reinado de Aragón, un reino muy viciosso e abondado. E fallé en él cinco cibdades grandes. A la mayor, do coronan los reyes, dizen Çaragoça . A la otra Valenzia , a la otra Tarragona et a la otra Barçalona e a la otra Tortosa . [...] E el rey dénde ha por señales nueve bastones amarillos e bermejos atales».
El sello de Nuño Sánchez , de tipo ecuestre, le representa, por un lado, llevando las armas de Aragón, herencia de su padre Sancho I de Cerdaña , hijo de Ramón Berenguer IV y la reina Petronila de Aragón ; y por el otro, llevando las armas de la Casa de Lara , la familia de su madre.
El Señal Real fue durante la Edad Media empleado como símbolo personal o dinástico. En este caso, aparece en el folio 62r del Armorial de Gelre (1370-1395) timbrado con yelmo , mantelete , corona y cimera en forma de dragón , aludiendo a Pedro IV de Aragón , nombrado Die Coninc v. Arragoen ('El Rey de Aragón'), junto con otros emblemas asociados a diferentes vasallos. [ 12 ]
Uno de los sellos conservados de Ramón Berenguer IV. Aunque fuertemente degradado, se percibe una figura ecuestre sosteniendo, a su diestra, un escudo, blocado, con los palos, emblema personal del princeps de Aragón y conde de Barcelona como «miembro de pleno derecho de la Casa Real de Aragón» desde 1137. [ 31 ]
Ilustración de la Genealogia regum Navarrae et Aragoniae et comitum Barchinonae , manuscrito de 1380 de fray Jaime Domenech sobre la genealogía del rey Juan I de Aragón . En uno de sus pasajes se refiere a Ramón Berenguer IV : «nunca fue llamada rey sinó administrador del reino, ni cambió la armas condales, de manera que el Señal Real es aquel que era del conde de Barcelona». [ 37 ] ​ Este texto, aproximadamente doscientos años posterior a la aparición de los primeros testimonios heráldicos de este blasón en el sello de Ramón Berenguer IV como «emblema personal [...] de un miembro de la Casa de Aragón, dentro de la cual se hizo símbolo hereditario a partir de su adopción por los tres hijos de aquél, Alfonso, Pedro y Sancho.», [ 38 ] ​ es empleado por Armand de Fluvià i Escorsa en Els quatre pals: L'escut dels comtes de Barcelona para defender la teoría del origen barcelonés del emblema. [ 39 ] ​ La monografía del Asesor de Heráldica de la Generalidad de Cataluña [ 40 ] ​ es presentada por su prologuista la doctora Eulalia Durán como "llibre de presa de posició sobre aquest tema i que entra així en la polèmica (...)" (Fluvià, op. cit. pág. 6), por lo que, según Alberto Montaner Frutos, nos encontraríamos ante «una obra de tesis» que es «más que un estudio histórico propiamente dicho, un discurso apologético». [ 41 ] ​ Montaner Frutos señala que el comienzo de la atribución del emblema a la Casa de Barcelona anterior a la unión dinástica proviene de lo que denomina «La doctrina de Pedro IV», quien durante su reinado estableció una nueva interpretación de los orígenes de las armas de los palos de gules según la cual el blasón de la dinastía de los antiguos reyes de Aragón, que Pedro IV el Ceremonioso «consideraba erróneamente extinguida en Petronila», [ 42 ] ​ habría sido la Cruz de Íñigo Arista , que habría sido sustituido por los palos, procedentes de la Casa de Barcelona. De modo que a partir del siglo XIV d. C. «la nueva interpretación se afianzará para las armas regias» [ 43 ] ​ y se transmite en las obras que tratan el tema en la Baja Edad Media y el siglo XVI d. C.. Montaner Frutos previene contra la utilización de estas fuentes, que solo dan cuenta de «las creencias usuales de su época y carecen de validez». [ 44 ]
Sello de Milhau (1187) con la bloca. Concedido por Alfonso II de Aragón , los cónsules de Milhau encargaron un sello circular y dispusieron el escudo real solo, aunque con diseño todavía de arma de guerra, con su bloca, copiado de los sellos de Ramón Berenguer IV o de sus hijos menores, no de los que usó Alfonso II. La leyenda identifica al titular: Sello del rey de Aragón conde de Barcelona y marqués de Provenza «+SIGILLU(M) R(EGIS) ARAGON(ENSIS) COMITIS BA[RCHINONENSIS ET MARCHIONIS PROVI]NCIE». En este sello de Milhau se halla la más antigua representación del emblema de los palos de gules como escudo de armas exento y no formando parte de una representación del rey. [ 45 ]
Primitiva tumba de la condesa Ermesenda de Carcasona (fallecida en 1058). Sarcófago tallado en piedra de la segunda mitad del siglo XI d. C., cuya lateral fue pintado a franjas verticales alternas de hematites y oro fino en fecha indeterminada ( Catedral de Gerona ). [ 50 ] ​ Según Menéndez Pidal de Navascués, tras el descubrimiento de los sepulcros interiores del sarcófago de Ramón Berenguer II y el atribuido a Ermesenda de Carcasona , «se intentó presentar el hallazgo como la prueba definitiva del origen de los palos en los condes de Barcelona anteriores a Ramón Berenguer IV» haciendo un análisis de los pigmentos y, sin más base que la de encontrar que eran los usuales en el siglo XI d. C., el informe del director del Museo de Arte de Cataluña J. Ainaud de Lasarte dio por buena una datación a fines del siglo XI d. C. o comienzos del XII , pese a que lo único que habría sido prueba concluyente es que dichos pigmentos no fueran usuales también en el siglo XIV d. C., en el momento en que Pedro IV el Ceremonioso ordenó construir un sepulcro exterior para esta tumba. La única conclusión que cabe hacer es que las pinturas no son posteriores a 1365, teniendo en cuenta, además, que dado que están muy bien conservadas sin haber experimentado repintes, y se hallaban prácticamente a la intemperie en su emplazamiento a la entrada de la catedral desde el siglo XI d. C. al XIV , estas pinturas se habrían deteriorado de ser de época de Ramón Berenguer II. Por último, de considerar una datación de época románica para esta decoración, sería necesario admitir que existía el emblema de los palos de oro y gules en el siglo XI d. C. y que en aquel tiempo se utilizaban en las tumbas, lo cual Faustino Menéndez Pidal de Navascués juzga «aún más difícil, sobre todo para un emblema de tipo geométrico». Y concluye que «no existe, por supuesto, ningún caso semejante, sea conocido por prueba material o por referencia». [ 51 ] Armand de Fluvià i Escorsa , Asesor de Heráldica de la Generalidad de Cataluña, [ 40 ] ​ reconoce que «és cert que hom no pot afirmar rotundament que [les pintures] siguin de l'època de la mort dels comtes» ('es cierto que nadie puede afirmar rotundamente que [las pinturas] sean de la época de la muerte de los condes'). [ 52 ]
Retratos de la reina Petronila de Aragón y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona del siglo XVII d. C. conservado en el Museo del Prado, copia de un original de Filippo Ariosto de 1586. En la imagen, los palos de Aragón aparecen junto a Ramón Berenguer IV, timbrados con una corona de conde, mientras que junto a la reina Petronila, aparece el escudo llamado « Cruz de Alcoraz », que en la Edad Moderna se difundió como emblema privativo y territorial de Aragón. Esta obra es empleada en apoyo de las teorías que se basan en el origen territorial de la Señal Real.
Crónica de San Juan de la Peña (siglo XIV d. C.). Inicial miniada (letra A) que representa al conde Guifredo identificado por sus armas, de oro quatro palos de gules, prestando homenaje al rey de Francia por el condado de Barcelona. [ 59 ] ​ Se trata de una de las representaciones anacrónicas elaboradas en el scriptorium de Pedro IV el Ceremonioso en el siglo XIV d. C., puesto que Carlomagno y el conde de Barcelona Wifredo el Velloso (o su padre, el Wifredo de Arriá de la leyenda) no fueron contemporáneos, y en esa época no existían los escudos heráldicos.
Labra heráldica en la Generalidad de Aragón (h. 1450), donde se aprecia en el centro el señal real junto a otros escudos que representaban a mediados del siglo XV d. C. al Reino de Aragón privativo, como el denominado « de Íñigo Arista », que constituyó una novedad heráldica introducida en el siglo XIV d. C. por Pedro IV el Ceremonioso y consideró, en sus propias palabras, «señal antiguo del Rey de Aragón». [ 63 ]
Desde el siglo XIV d. C., y en numerosas crónicas, armoriales y genealogías, se difunde la creencia de la época que atribuía las armas de gules y oro a los condes de Barcelona. [ 44 ] ​ Así, Juan de Molina en «Cronica D´Aragon» (1524) afirmaba: «colorado y amarillo que son las armas del condado de Barcelona» ( fol. XXV ), remontando su uso a los tiempos de Wifredo el Velloso (fol. XVII). Montaner Frutos previene contra el «el uso, anacrónico y abusivo, del criterio de autoridad» otorgado a las crónicas del siglo XVI d. C.. [ 44 ]
« E quan vim nostra senyera ». Caída de Madina Balansiya. Miquel Coll i Alentorn [ 66 ] ​ señala que la denominación de « senyera » ya aparece en la Crónica del rey Jaime I de Aragón , y fue usada a lo largo de la Edad Media en la Crónica de Ramón Muntaner y en la Crónica del rey Pedro IV de Aragón . (Ms.1 BC, fol. CXXv; Real Monasterio de Poblet, copista Celestino Destorrents, 1343). El término senyera , se dio al Señal Real por antonomasia en los territorios no castellanoparlantes de la Corona de Aragón. [ 11 ]
Armorial español del siglo XVI d. C.. Se representan armas del rey de Mallorca, el rey de Nápoles, el rey de Jerusalén y el rey de Aragón.