Cimera (heráldica)

Los antiguos pusieron sobre los yelmos y celadas cosas que representasen una espantosa quimera que por esto se llamaron cimera: y así algunos romanos, jactándose de su fundador Rómulo a quien dicen crio una loba la traían por Cimera, como dice Propercio.

Las cimeras en los yelmos empezaron a usarse en Europa a fines del siglo XIII y principios del XIV, pero en España no fueron conocidas hasta mediada esa centuria y como importación francesa.

En España, los monarcas navarros fueron los primeros en incorporar una cimera a su escudo de armas, hecho que se produjo durante el reinado de Felipe III a principios del siglo XIV.

Su cimera poseía la forma de una vibra o dragón que en origen fue un emblema personal del rey Pedro el Ceremonioso y posteriormente se convirtió en un símbolo permanente de la realeza aragonesa.

Así podemos observarla en la lámina dedicada al monarca castellanoleonés en el Armorial del Toisón de Oro.

Un caballero con un águila como cimera en la Justa del Sarraceno en Arezzo , Tuscana.
Imagen de un yelmo con cimera (derecha).