Toma de Gibraltar (1704)

El gobierno de la ciudad, sin embargo, se mostró fiel a Felipe V.[3]​ Sin embargo el gobernador barcelonés Francisco de Velasco rehusó entregar la ciudad y adherirse a los intereses austríacos.[4]​ Tras acercarse la flota a la ciudad, desembarcaron en ella 3000 hombres que abrieron fuego disuasorio, pero ante la oposición de las guarniciones y ciudadanos de Barcelona las tropas debieron reembarcar y la flota puso rumbo al sur, donde, según los informantes holandeses, la ciudad de Gibraltar se hallaba desguarnecida.[7]​ Conocedores de que la guarnición no sería suficiente para soportar un asedio, se reclutaron rápidamente a soldados y civiles.En el castillo permanecieron los 72 hombres que habitualmente formaban su guarnición, 6 de ellos artilleros.El viento sin embargo era demasiado fuerte y la formación no puede llevarse a cabo.[14]​ El asalto se aplazaba momentáneamente, salvo una pequeña escaramuza llevada a cabo durante la noche, en la que varias lanchas cañoneras al mando del capitán Whitaker conseguían sorprender en los muelles a un barco corsario francés allí situado.Trascurridas varias horas el Almirante Rooke mandaba al capitán Whitaker asaltar el Muelle Nuevo.[23]​ Esta tradicional versión del conflicto ha sido contradicha por la crítica reciente.Según ésta al rendirse, la plaza disponía de prácticamente toda su artillería, abundante munición, pólvora, agua y suministros.No había padecido apenas bajas y sus defensas se encontraban casi intactas.[28]​ Tras firmar la capitulación el cabildo de Gibraltar redactó y mandó una carta al rey de España en la que se exponían las condiciones en las que se había desarrollado el sitio, las escasas defensas con las que contaban para defender la ciudad y el sacrificio de los gibraltareños al exponerse a una fuerza militar muy superior.Duró trece horas pero al amanecer del día siguiente la flota francesa se retiró, con lo que Gibraltar continuó en manos de los aliados.
Defensas de Gibraltar en 1704.
Dibujo de la Bahía de Algeciras y sus defensas.
El almirante Sir George Rooke, obra de Michael Dahl , 1705.
Situación de las tropas sitiadoras en la Bahía de Algeciras.
El último de Gibraltar , obra de Augusto Ferrer-Dalmau , representa a Diego de Salinas en 1704.