Lo que el viento se llevó (película)

El director original, George Cukor, fue despedido poco después de iniciarse el rodaje y fue reemplazado por Fleming, quien a su vez fue sustituido brevemente por Sam Wood, mientras que Fleming se tomó un tiempo de descanso a causa del agotamiento.Fue reestrenada en numerosas ocasiones desde su estreno y tiene gran arraigo en la cultura popular, siendo probablemente el largometraje más famoso del Hollywood Clásico.Mientras Scarlett ve a Ashley besar a Melanie, el hermano menor de Melanie, Charles, le propone matrimonio y, aunque ella no lo ama, Scarlett consiente y se casan antes de que él se vaya al frente.Celebrando una reciente victoria y recaudando fondos para el esfuerzo bélico confederado, los caballeros son invitados a hacer una oferta para que las señoras bailen con ellos.Ocho meses más tarde, mientras la ciudad está sitiada por el Ejército de la Unión durante la campaña de Atlanta, Scarlett y su joven sirvienta Prissy deben asistir a Melanie sin ayuda médica cuando ella entra en parto prematuro.En la incursión muere Frank; apenas terminado el funeral, Rhett le propone matrimonio a Scarlett y ella acepta.Cuando Rhett vuelve de un prolongado viaje a Londres, Scarlett le informa que está embarazada, pero durante la discusión que sigue a la noticia ella se cae por un tramo de escaleras y sufre un aborto espontáneo.[9]​[10]​[11]​ Se consideraron a muchas actrices famosas (o a punto de serlo), pero para el papel de Scarlett solo se le hicieron pruebas de pantalla a treinta y una mujeres, entre las que estaban Ardis Ankerson, Jean Arthur, Tallulah Bankhead, Diana Barrymore, Joan Bennett, Nancy Coleman, Frances Dee, Ellen Drew (como Terry Ray), Paulette Goddard, Susan Hayward (bajo su nombre real, Edythe Marrenner), Vivien Leigh, Anita Louise, Haila Stoddard, Margaret Tallichet, Lana Turner y Linda Watkins.Sin embargo, Hopkins tenía más de 35 años por entonces y se consideró que era demasiado vieja para el papel.[9]​[10]​[11]​ En diciembre de 1938 todavía se estaban considerando cuatro actrices, entre ellas Jean Arthur y Joan Bennett, pero solo a dos finalistas, Paulette Goddard y Vivien Leigh, se le hicieron pruebas en Technicolor, ambas el día 20 de ese mes.[12]​ Goddard casi consiguió el papel, pero la controversia sobre su matrimonio con Charles Chaplin hizo que Selznick cambiara de idea.En el verano de 1938 los Selznick estaban negociando con Alexander Korda, con quien Leigh tenía contrato, para conseguir sus servicios ese año.En este momento dudo que haya diez palabras originales de [Oliver] Garrett en todo el guion.Debían representar escenas basadas en el guion original de Sidney Howard que necesitaba ser reescrito a toda prisa.Trabajamos de esta manera durante siete días, entre dieciocho y veinte horas diarias.Otro director de la MGM, Sam Wood, trabajó durante dos semanas en mayo cuando Fleming abandonó temporalmente la producción debido al agotamiento.Se contrataron cinco orquestistas: Hugo Friedhofer, Maurice de Packh, Bernard Kaun, Adolph Deutsch y Reginald Bassett.La película todavía estaba en fase de primer corte, le faltaban los créditos y los efectos ópticos especiales.[25]​[33]​ Tampoco estaba Hattie McDaniel, ya que ella y los demás miembros del elenco de raza negra no pudieron asistir al estreno debido a las leyes Jim Crow de Georgia, normas segregacionistas que les impedían sentarse con sus colegas blancos.[41]​ En 1942, Selznick liquidó su compañía por motivos fiscales y vendió su parte de la película a su socio John Whitney por 500 000 dólares.[16]​[45]​ la Turner Entertainment le compró la película a la MGM en 1986, pero el acuerdo no incluyó los derechos televisivos, que aún estaban en manos de la CBS.[10]​ Sin embargo, aunque la producción, logros técnicos y lo ambicioso del proyecto fueron universalmente reconocidos, algunos críticos de la época consideraron que la película tenía una duración demasiado extensa y era poco convincente desde el punto de vista dramático.Frank S. Nugent resumió en el The New York Times el sentimiento general al reconocer que si bien fue la producción cinematográfica más ambiciosa hasta aquel momento, probablemente no fue la mejor película jamás realizada, pero consideraba que era una «historia interesante bellamente contada».[51]​ Si bien la película fue elogiada por su fidelidad a la novela,[50]​ también se considera que este hecho fue el principal causante de su excesiva duración.[52]​ The Manchester Guardian consideró que el mayor inconveniente de la película era que la historia carecía de la calidad épica suficiente para justificar el dispendio del tiempo y encontró la segunda parte, que se centra en los «matrimonios irrelevantes» de Scarlett y las «disputas domésticas», mayoritariamente superfluas, cuyo única razón para su inclusión había sido «simplemente porque Margaret Mitchell lo escribió así».The Guardian creía que si «la historia se hubiera acortado y arreglado en el punto señalado para el intermedio, y si el drama personal se hubiera puesto al servicio de un tratamiento cinematográfico del tema central —el colapso y la devastación del Viejo Sur—, entonces Lo que el viento se llevó podría haber sido una película realmente grande.»[53]​ Del mismo modo, en The Nation, Hoellering también consideró que la segunda mitad de la película era más floja que la primera: la identificación de la Guerra Civil como fuerza impulsora de la primera parte mientras los personajes dominan en la segunda, llegando a la conclusión de que ahí es donde se encuentra el principal defecto de la película, comentando que «los personajes por sí solos no bastan».[51]​ La mayor parte de los elogios fueron para el reparto, especialmente para Vivien Leigh que se destacó por su actuación como Scarlett.[76]​ El historiador británico David Reynolds escribió que en esta película «las mujeres blancas son elegantes, sus hombres nobles o por lo menos galantes y, en el otro extremo, los esclavos negros son en su mayoría obedientes y felices, claramente incapaces de una existencia independiente».[76]​ En su libro American History Goes to the Movies: Hollywood and the American Experience, W. Bryan Rommel Ruiz ha argumentado que, a pesar de las objetivamente claras inexactitudes en su descripción del período de la Reconstrucción, sin embargo la película refleja las interpretaciones que eran habituales a principios del siglo XX.Mitchell resistió la presión de Selznick y la Metro-Goldwyn-Mayer para que escribiera una secuela hasta su muerte en 1949.
Póster con Scarlett y Rhett en el baile benéfico.
Foto publicitaria de Clark Gable y Vivien Leigh .
La melodía «Tara», del tráiler de la película.
Estreno de la película en el Loew's Grand Theatre, en Atlanta.
Cartel del reestreno de 1967.
Hattie McDaniel , el primer actor de raza negra que ganó un Óscar .
Una larga cola para adquirir una entrada de la película en un cine de Japón en 1952.
Cola para ver la película en Pensacola , Florida , durante su reestreno de 1947.
El primer archivista de los Estados Unidos , R. D. W. Connor (izquierda), recibiendo la película por parte del senador de Georgia Walter F. George (al fondo) y el Gerente de la División Este de Loew, Carter Barron (derecha) (1941).