En 1929 con el tobillo sanado y la mayor parte del voluminoso libro escrito, Mitchell perdió interés en sus esfuerzos literarios.
Sin embargo, años después, en 1935, el editor Harold Macmillan Latham visitó la ciudad de Atlanta buscando nuevos escritores prometedores y entró en contacto con Mitchell gracias a Lois Cole, una amiga de ella que había trabajado para el editor.
El libro permaneció 21 semanas en la primera posición de la Book Review del The New York Times.
Tanto él como ella son cínicos y románticos, egoístas pero al mismo tiempo generosos, pragmáticos e idealistas.
Ella espera emocionada el próximo banquete que van a ofrecer sus vecinos de la familia Wilkes.
La fiesta se ve interrumpida por la noticia de que el Norte está dispuesto a movilizarse para atacar al Sur.
Pero al contemplar en su huida a los restos del Ejército Confederado en retirada, Rhett siente vergüenza de su conducta durante la guerra, y empujado por sus remordimientos y por el sentido del honor sureño que muy a su pesar vive en el fondo de él, decide en un arrebato unirse a las tropas confederadas derrotadas para luchar en las últimas batallas de la guerra (aunque es obvio que la guerra está perdida para los sureños).
Las hermanas menores de Scarlett, Suellen y Carreen, han sobrevivido al tifus pero están en cama todavía.
La calculadora mente de Scarlett se excita entonces pensando que si consigue casarse con Rhett en la cárcel y después él es ejecutado en la horca, ella como su viuda podrá quedarse con toda su inmensa fortuna y no solo lograría salvar a "Tara", sino que incluso podría convertirla en la plantación más próspera del Sur y además podría devolverle su vida de ricos a toda su gente, sobre todo a su amado Ashley.
Mientras tanto Scarlett se queda embarazada de su segundo marido, para su disgusto, ya que no desea tener más hijos.
Y justo en esa temporada tan difícil para ella, Scarlett recibe otra mala noticia: su padre ha muerto.
No mucho tiempo después Scarlett contrata con el Gobierno del Estado el alquiler de presos condenados a trabajos forzados, que son obligados a trabajar como esclavos para los empresarios que pagan por ellos al Gobierno estatal.
Scarlett se enfada cuando, después del incidente, su marido, Frank Kennedy, la lleva a casa de Melanie y la deja allí con los niños, para marcharse a una reunión política; Scarlett lo interpreta como indiferencia de su marido por lo que le había pasado.
Comienza a hacer generosos donativos a las asociaciones de ex confederados, se aleja del gobernador Bullock y de los yanquis y se afilia al Partido Demócrata (al que pertenecían en ese entonces todos los blancos sureños ex confederados).
Pronto la "comprometedora" escena será conocida por todo el mundo, mientras Scarlett espera asustada la reacción de Rhett.
Está alegre porque Rhett ha confesado que la ama y por haber vivido el sexo más placentero de su vida.
Al cabo de tres meses, Rhett vuelve a casa y Scarlett está contenta por ello, aunque lo disimula.
Al regresar de "Tara", Scarlett descubre a Rhett cambiado; se comporta amablemente con ella y la relación entre los dos es cortés.
Pero al mismo tiempo Scarlett nota que a pesar de su amable cortesía, Rhett es indiferente con ella.
Melanie se encierra con Rhett y con sus dulces palabras logra convencerlo para que permita el entierro de Bonnie.
Ante la conducta irracional y autodestructiva de Rhett, Scarlett consulta un día con el viejo doctor Meade para saber si su marido ha perdido la razón; el médico le dice que no, pero que bebiendo tanto alcohol se va a terminar matando.
Al llegar a la estación del ferrocarril en Atlanta, Rhett la está esperando y entonces sus temores se confirman.
A pesar de su dolor por Melanie, Scarlett reacciona indignada porque Ashley nunca fue sincero y no le dijo que solo sentía deseo sexual por ella, dejándola tener esperanzas vanas.
Al salir a la calle se ve envuelta por la oscura y espesa niebla que cubre toda la ciudad aquella noche.
Le recuerda que con decir "lo siento" no puede borrar todos los errores y heridas de años pasados.
En un último y desesperado gesto, Scarlett le implora preguntándole: "Si tú te marchas, ¿qué va a ser de mí?
Luego, Rhett se marcha del comedor y sube las escaleras (presumiblemente a su dormitorio) mientras Scarlett oye sus pasos perderse en el vestíbulo.
En ese contexto tan radical, Mitchell escribió una obra en la que no expresa en ningún momento odio a los afroamericanos.
La entrega gozosa de Scarlett y su radiante felicidad al día siguiente por el placer disfrutado en la noche salvaje son los argumentos para justificar la escena.
El libro no ha dejado de editarse y reimprimirse desde la primera traducción publicada fue en Barcelona por Ediciones Aymâ en 1943.