Cada día, procesionan imágenes, que representan la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Las primeras cofradías surgen en plena Edad Media, tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1246.
[17] Además, estas cofradías fueron el germen de las que se fundaron por todo el mundo, observándose similitudes entre ellas.
[24] Desde finales del siglo XVII a principios del siglo XVIII la Semana Santa atravesó una profunda crisis, causada por el decaimiento económico y demográfico que conllevó la decadencia de los Austrias, la Guerra de Sucesión y las epidemias.
[34] En este siglo también se fundaron nuevas cofradías gracias al impulso experimentado.
Así, en la ciudad trabajaban a principios del siglo XVI artesanos como Jerónimo Quijano, Gutierre Gierero o Juan de Reolid.
Este es, posiblemente, el primer crucificado que la Cofradía de la Vera Cruz encargo en 1541.
Los últimos imagineros que han realizado sus obras para estos grupos parroquiales han sido Ana Rey con la Virgen de la Encarnación y José Miguel Tirao Carpio con María Santísima Reina de los Ángeles, ambas en 2016.
Sobre esta canastilla se ubican las imágenes rodeadas de flores y la iluminación, formada por candeleros, candelabros, hachones o faroles.
Bajo la mesa se ubican los respiraderos y los faldones, telas exclusivas que recubren el resto de la parihuela hasta el suelo.
Gran número de pasos en la ciudad son portados a costal, por costaleros.
Los costaleros cargan el peso sobre su cuello, sobre la séptima vértebra cervical, protegen esta zona con una tela llamada costal que suele ser de arpillera, las zonas adaptadas para que los costaleros carguen el peso son las trabajaderas.
[83] En la Semana Santa giennense cada vez son más las hermandades que optan por esta forma de portar los pasos.
En el mismo, los portadores cargan el peso sobre sus dos hombros, al encontrarse las trabajaderas dispuestas longitudinalmente y dobles en el paso.
No obstante, cada vez son menos las cofradías de la ciudad que optan por este estilo.
Sus miembros son elegidos cada cuatro años por los Hermanos Mayores de las distintas Hermandades.
(Nota: Las Hermandades se ordenan cada día según su llegada al itinerario oficial.)
Desde el siglo V se recuerda en Jerusalén la entrada de Jesús en la ciudad con una procesión.
Destaca el gran número de niños que tradicionalmente forman parte del cortejo.
Representa a Cristo orando en el huerto de los olivos, acompañado por un Ángel y apóstoles durmiendo.
Destaca por su rigor penitencial y compostura, siendo la única procesión de la ciudad que hace su recorrido en absoluto silencio.
[46] El Miércoles Santo Jesús sigue su labor sabiendo que su irremediable final está cerca con la traición de Judas y su entrega al Sanedrín.
[123] Este último, se encuentra relacionado con la legión española que lo acompaña en su estación de penitencia.
Tras traicionarlo Judas Iscariote, Jesús es arrestado, juzgado ante Poncio Pilato y condenado.
[54][130] Las imágenes titulares son obra del cordobés José Antonio Cabello Montilla.
[48] La Diócesis de Jaén nombra como «grupo parroquial», antiguamente eran llamados pro-Hermandades, a las asociaciones que trabajan para organizarse en cofradías y hermandades.
[154] La saeta es una oración cantada de origen incierto que fueron extendidas a través de las oraciones cantadas que los franciscanos llevaron a Andalucía durante cristianización en la Edad Media, concretamente las implantaron con las celebraciones del vía crucis, procesión propia del siglo XIV.
Al maestro Emilio Cebrián le sustituyó tras su muerte José Sapena Matarredona en 1944, autor de El Descendimiento[161] o Cortejo blanco.
[162] Destacan también otros compositores posteriores como Joaquín Reyes Cabera, autor de la marcha dedicada al Santo Rostro de Jaén, Santa Faz; Antonio Manzano, José Cuadrado, Manuel Vilches o Vicente Garrido Ordóñez.
[164] La ciudad de Jaén cuenta con una rica historia musical que se ha reflejado en la Semana Santa.